Guillermo Saura, director del Programa Mercosur Audiovisual
En el marco de la 60ª Edición del Festival de San Sebastián se presentó el Programa Mercosur Audiovisual. Este programa de cooperación está gestionado por el Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA), según el Acuerdo de Delegación con el Grupo Mercado Común que lo designa Entidad Ejecutora. Sin duda la estrella del programa es la Red de Salas del Mercosur, consistente en treinta salas ubicadas en distintas zonas geográficas de los países del Mercosur equipadas y conectadas a través de Internet y con acceso remoto, que recibirán contenidos audiovisuales propios de la región, en definición Full HD y encriptados. La Entidad Programadora Regional tiene sede en Uruguay y será la responsable de transmitir directamente los contenidos digitales previamente programados. La primeras emisiones están previstas para abril o mayo de 2013. Guillermo Saura, director del Programa, habla sobre los pormenores de la iniciativa a LatAm Cinema.
¿Cómo fue la presentación de la Mercosur en el pasado Festival de San Sebastián?
Por suerte la convocatoria fue muy bien, la sala estaba totalmente llena. Congregamos a profesionales con capacidad de difundir nuestro concepto y también estaban detentores de derechos audiovisuales para su explotación en diferentes ventanas. Los derechos tienen que ver con películas que nacen en el Mercosur, pero también pueden ser coproducciones con Europa. Nos dimos cuenta que había más de 20 películas que tenían su origen en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay pero que eran coproducciones con países europeos. Nos pareció que San Sebastián era una buena oportunidad para presentar nuestra idea teniendo en cuenta que el Festival se está especializando cada vez más como centro de coproducciones de América Latina con Europa y en este caso con nuestro territorio que es Mercosur.
¿Cuál es el objetivo fundamental del programa Mercosur Audiovisual?
Consideramos que el objetivo fundamental es aumentar la circulación de vienes culturales audiovisuales del Mercosur.
¿Cuál es la base del programa?
Existen varios ejes de trabajo. El eje estrella es crear una red de 30 salas digitales en la región: 10 salas en Argentina, otras 10 en Brasil, 5 en Paraguay y 5 más en Uruguay. Los países los menciono en orden alfabético, no hay otra intención. El programa es como el guión de una película, una vez que la película está hecha, el guión desaparece. El programa está financiado por los países del Mercosur y la Unión Europea. La UE aporta 1,5 millones de euros y el Mercosur 360.000 euros, en total contamos con 1.860.000 euros. Ese dinero se reparte en cuatro ejes de trabajo. El primero tiene que ver con armonizar la legislación de los cuatro países que componen el Mercosur. Cada país tiene una legislación que ha variado a lo largo de los años. También debemos armonizar la cadena de valor. El segundo eje se refiere al primer plan estratégico patrimonial audiovisual del Mercosur. Con esto lo que tratamos es conservar todo el patrimonio audiovisual del Mercosur y ponerlo en valor. Esto significa que el día de mañana, cualquier profesional pueda programar sin problemas un ciclo sobre una época determinada, elaborar un estudio… No solo hay que conservar el material físico, los diferentes soportes, digitalizarlos, etc, también tiene que haber un control sobre los derechos, quien los posee. Esto es un arduo trabajo que por primera vez se lleva a cabo en el Mercosur. El tercer eje del programa tiene que ver con la capacitación. Hay aquí hay dos apartados más, por un lado están las pymes. Hasta la fecha llevamos 720 horas de formación y casi 200 pymes capacitadas en diferentes temas que cada país soberano eligió. Por ejemplo, en la última convocatoria, se habló sobre el concepto transmedia. Vinieron especialistas de todo el mundo y fue todo un éxito. Con el otro apartado en el campo de la capacitación se decidió que en Paraguay había que generar una oferta en educación audiovisual, porque no existía. Se desarrollaron 24 talleres de 8 materias diferentes de dirección hasta producción, en colaboración con universidades paraguayas. La idea es que los talleres no se queden ahí y que sirvan de base para conformar una oferta orgánica institucional en Paraguay.
El cuarto eje es se centra en la red de salas digitales ¿no es así?
Exacto. Cabe señalar que el programa tiene un componente diferenciador. El acuerdo de financiación se firmó entre el GMC (Grupo Mercado Común) y la Unión Europea, un 23 de julio de 2009. Hoy también en Mercosur está con pleno derecho Venezuela, pero en el momento de la firman figuraban solo Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Luego se establece un acuerdo de delegación y el Grupo de Mercado Común, con el consenso de todos los países, elige al INCAA, el Instituto de Cine y Artes Audiovisual es de Argentina, como entidad ejecutora del programa. A mi me llaman hace 18 meses para hacerme cargo de la dirección del programa. Mi candidatura se presenta ante la RECAM da el visto bueno y lo eleva al GMC que aprueba el nombramiento. El haber entendido toda esta burocracia es lo que posibilitó el éxito de la iniciativa. En el programa están implicadas muchas instituciones y diferentes culturas, hay que saber aceptar los tiempos y la manera de trabajar de cada lugar. En este tipo de acuerdos hay una fecha que es la fecha de vencimiento, la fecha límite, es decir, tres años después de la firma, aunque luego hay dos años más para la ejecución. Al tercer año es cuando hay que firmar un nuevo contrato donde ya se aplica el dinero de la UE a una actividad. Nosotros llegamos al 23 de julio de este año y aplicamos el 98 por ciento de los fondos de la UE, lo que nos coloca entre un 30 y un 50 por ciento en eficiencia frente a cualquier otro programa de características similares desarrollado entre la Unión Europea y el Mercosur. Realmente es un orgullo el equipo que hemos conformado donde hay ingenieros, contables, abogados, sociólogos, economistas… logramos en 18 meses que este programa avanzara, con la máxima transparencia. Este tipo de programas están auditados constantemente. Esta fue la manera de crear confianza en las autoridades.
¿Con qué problemas se encontraron para crear la red de salas?
Una de las claves fue la digitalización. Como hombre de cine que soy creía que la digitalización consistía básicamente en adquirir proyectores digitales y ubicarlos en las salas. Pero me di cuenta que hay otros asuntos vitales. Lo conceptual fue que debíamos desarrollar una entidad programadora central. Esta entidad consta de dos partes, una tecnológica y otra administrativa, comercial, legal y de programación. Las distribuidoras o los que poseen los derechos de las obras entregan las producciones en diferentes soportes y calidades. Por lo tanto había que adecuar esas obras a una normativa para poder transmitir esos datos encriptados y evitar así la piratería. A día de hoy, el sistema está desarrollado hasta para poder enviar las películas vía satélite. Pero para que la hora de alquiler del satélite sea rentable al menos hay que tener 100 salas en la red. Como arrancamos con 30 salas, desechamos de momento esa posibilidad y transmitiremos a través de banda ancha. Nos aseguramos de que el encriptado permita fluidez a través de la banda ancha y que al transmitir, si hubiera cualquier interrupción, se arrancase de nuevo en el punto de interrupción, no desde el principio. Ahora podemos transmitir una película completa en aproximadamente tres horas hasta las 30 salas. Pero hay que programar con anticipación para que los contenidos estén al menos unos 15 días antes en cada ciudad. También pensamos en crear confianza en las distribuidoras y productoras que suministran las obras audiovisuales y para ello el sistema está desarrollado a través de llaves electrónicas que solo permiten las sesiones establecidas. Una vez que la película se proyecta las veces deseadas, deja de funcionar. También se generan marcas de agua para si un contenidos es pirateado, saber exactamente donde se hizo la copia ilegal. Tenemos todos los elementos de seguridad posibles, con el objetivo de crear un circuito seguro.
Pero la clave del sistema es la entidad programadora…
Como te decía, crear la entidad programadora era incluso más importante que el componente tecnológico. La forma pública de esta entidad programadora va a ser una Asociación Civil, que tiene un órgano de dirección formado por un representante de cada uno de los países que marca las directivas y el control de todo el programa. Esa asociación civil tiene sede en Uruguay y tiene un director general, un programador…
¿Va a funcionar como una distribuidora?
Así es, pero como una distribuidora con salas propias. El cuerpo jurídico de esta entidad implica un contrato por los equipos que se entregan, otro de adhesión de salas, además de los contratos con los detentores de los derechos audiovisuales de las obras que se proyectan. Como ya te he dicho comenzamos con 30 salas, pero el modelo es escalable hasta 100. Ya empezamos a tener resultados, en San Sebastián ya tuve algunas reuniones. Por ejemplo, en el País Vasco hay una red de salas digitales y estamos negociando para colaborar.
¿Sólo se van a proyectar producciones del Mercosur o están abiertos a otras cinematografías?
Nosotros en un primer momento tenemos que cumplir el objetivo para el que fuimos creados, que es aumentar la circulación de bienes audiovisuales del Mercosur. Parte de las ventajas del sistema es dar programación 52 semanas al año a estas salas con producto del Mercosur, pero esto no quiere decir que podamos abrirnos a otro tipo de cine en otras semanas. Estamos descubriendo que tenemos un sistema muy flexible. Se puede proyectar la programación de un determinado festival, por poner un ejemplo.
¿Qué otras ventajas tiene el sistema?
Por ejemplo, estadísticamente está demostrado que los estrenos simultáneos aumentan un 30 por ciento la venta de entradas. Nosotros podemos hacer estrenos simultáneos en los cuatro países, con subtítulos, no hay pérdida de calidad de los contenidos por sus múltiples pases… El sistema funciona y la idea es salir con 30 salas con aforos de entre 100 y 200 butacas, el mínimo es 64. Si se multiplica por 30 salas ofrecemos aproximadamente por sesión de 3.000 butacas. Si una película se pasa tres o cuatro veces por semana, creo que es una oportunidad más que interesante para los productores. El sistema tampoco prohíbe que las salas adscritas tengan otra programación. Esperamos estar totalmente operativos en abril o mayo de 2013, ahora estamos instalando los equipos y realizando pruebas. En resumen, entre enero y marzo del año próximo implementaremos toda la parte tecnológica y la financiación de equipos, en abril-mayo estrenaremos las primeras películas y comenzaremos así con los 52 estrenos anuales comprometidos. Sin embargo, sin despreciar la tecnología, el factor humano sigue siendo esencial, los administradores de la salas deben ser profesionales con vocación, por suerte arrancamos con salas que ya están en funcionamiento, salas que fueron propuestas por los diferentes gobiernos entre varias posibilidades. Si las salas cuentan con buenos gestores culturales se puede generar un público cautivo. Actualmente, el público ve más cine que nunca lo que pasa es que quizá a los productores y autores no les llega la compensación económica justa por su trabajo. Con sistemas como este tratamos de revertir esta situación, para que los productores sigan generando empleo y los autores creando obras.
Pero también España y otros países van a tener esa ventana abierta puesto que las coproducciones con países del Mercosur son habituales…
Absolutamente.
¿Todas las salas cuentan con el mismo equipamiento?
Bueno, algunas ya contaban con equipos de proyección propios y se han llegado a acuerdos, pero todas tienen el mismo servidor. Sobre todo en Argentina y Brasil se ha volcado más el dinero a la entidad programadora, porque las salas estaban mejor equipadas. En Ventana Sur de Buenos Aires, en noviembre próximo, firmaremos simbólicamente los contratos con las salas que ya están elegidas, para realizar el lanzamiento oficial en toda la región.