Films in Progress: Micaela Rueda, directora de “UIO: Sácame a pasear”

Ante todo, una pregunta algo obvia, ¿qué significa UIO?
UIO son las siglas aeroportuarias que se refieren a la ciudad: Quito. Muchos jóvenes se refieren así a la ciudad. Aunque el título final de la peli aún no es definitivo.

Esta es una historia ajena escrita por Juan José Vallejo, ¿qué te atrajo particularmente de este guión? ¿Qué consideraste que le podías imprimir?
Más allá de que no escribí el guión de la película, desde que leí la primera versión me sentí identificada con muchos elementos: la construcción de los personajes, sus inquietudes y su entorno. La única manera de poder aportar desde mi visión ha sido eso; sentir un vínculo y sensibilizarme con la historia. En la puesta en escena he partido desde lo que me provoca cada escena, de la sensación que me deja, de lo que une a la historia con mi propia adolescencia (partiendo de mis archivos emocionales) y a partir de allí he construido mi visión del guión y le he dado vida.

Venías de dirigir documental, ¿cómo fue el salto a la ficción
Sí, la última experiencia que tuve fue dirigir mi largometraje documental “Soñarse Muerto”. Si bien la experiencia de conceptualización y de rodaje en el documental es muy distinto a la ficción, ambos parten de la construcción de una mirada, de plasmar la subjetividad sobre una historia. Tanto en el documental como en la ficción he tenido procesos largos de desarrollo y de pre. Sin embargo ha sido muy distinto pensar en la puesta en escena. Con “UIO” ha sido eso: crear atmósferas, escenarios, construcción de personajes, manejar un equipo de más de treinta personas (estoy acostumbrada a rodar con poca gente). Pero me encanta.

¿Cuál dirías que es el tema central de la película: la adolescencia, el amor o la identidad sexual?
Yo creo que la temática pasa por esas tres líneas. La adolescencia como época de transición en la cual el individuo necesita reafirmarse; y en dicho momento como enfrenta el amor. Sara y Andrea, los personajes principales, son dos chicas que no se sienten identificadas con la gente que les rodea. Yo les veo como dos individuos que necesitan encontrar otro espacio; de cierta forma quieren escapar de su realidad monótona. Y en su condición encuentran un escape; lo que une su amor es la afinidad y formas parecidas de ver el mundo.

Cómo fue el esquema de producción para un film como este?
Hemos tenido un recorrido largo en la etapa de desarrollo. Hicimos algunas tutorías de guión, con Thomas Saez, Marcelo Vernengo y María Daniela Granja. A la par hemos estado en mercados como Ventana Sur, Guadalajara, Cannes, Huelva. Eso nos ha ayudado a dar a conocer el proyecto y poder levantar más fondos. Tenemos a Ibermedia y el reconocimiento Churubusco de fondos internacionales y en Ecuador los fondos del Consejo Nacional de Cinematografía (ganamos escritura y producción). Aparte estamos a la espera de fondos estatales de otras instituciones y hemos logrado involucrar al sector privado en canjes para el rodaje.
Levantamos un porcentaje alto que cubre un 50% del total del film. Y ahora estamos a la espera de algunos fondos internacionales para poder editar apenas terminemos de rodar. La idea es hacer toda la post en México.

¿Cómo fue tu experiencia con la coproducción?
La coproducción es como un matrimonio; si no hay confianza y entendimiento no funciona. Con Diana Montenegro, de Cinema Co, nos hemos entendido muy bien. Ella tiene mucho criterio, intuición y está en la misma sintonía: entiende la naturaleza del proyecto y vamos por el mismo camino.

Actualmente Ecuador parece estar viviendo un momento de despertar cinematográfico, ¿cómo lo analizas?
Un despertar cinematográfico como nunca. Este mes son dos pelis ecuatorianas las que se estrenan y en octubre hay una más. Eso hace pocos años no pasaba. Creo que el Consejo Nacional de Cine ha hecho una gran labor, no solamente con las convocatorias sino con los talleres, proyecciones y capacitaciones que han hecho y siguen desarrollándolo. Esto estimula a los nuevos realizadores a poder realizar sus proyectos. El hecho de poder asistir a industrias y a mercados internacionales, como comisiones de cineastas ecuatorianas, permite tener contacto con la situación actual del cine latinoamericano y mundial. Creo que ese vínculo es crucial para el crecimiento profesional. Por otro lado, el espectador se interesa cada vez más por las películas nacionales, ya que más allá de que tienen elementos que les identifica y son propios, ven en ellas una alta calidad y un medio no solamente de entretenimiento sino de reflexión y comunicación. Por eso, creo que es importante que las cadenas de distribución no se limiten a dos o tres semanas de proyecciones.