Amazonas Film Festival: Política cultural, inclusión y ecología

Festivales - Brasil

El mítico Teatro Amazonas de Manaos -el mismo que inmortalizó “Fitzcarraldo”, de Werner Herzog- es desde el 3 de noviembre el escenario central del 9° Amazonas Film Festival, certamen que en sus primeras jornadas evidenció en su programación y actividades los resultados de una política cultural que ha tenido una continuidad de dieciséis años.

Actualmente, Amazonas es el cuarto estado de Brasil en inversión en cultura –detrás de São Paulo, Río de Janeiro y Bahía-, destinando el 0,85% de su fondo estatal, lo que representa unos 72 millones de dólares. Cada mes, la Secretaria de Estado de Cultura encabezada por Robério Braga, quien ha logrado mantenerse indemne a través de cuatro gobiernos, organiza un festival específico –opera, rock, carnaval…- que complementa el programa de educación artística que en 1998 era de 800 alumnos y hoy alcanza los 50.000.

Dentro de estas iniciativas que tienen como finalidad promover y posibilitar el acceso a la cultura, creando paralelamente oportunidades laborales, se ubica el Amazonas Film Festival, que en esta novena edición evidencia el crecimiento del estado en el plano cinematográfico como resultado de su política cultural.

La competencia oficial se abrió oficialmente con “A floresta de Jonathas”, una película ambientada en el área rural de Amazonas con guión y dirección de Sergio Andrade que habla sobre el hombre y la naturaleza, que tiene el gran mérito de ser el primer largometraje local hecho en 50 años.

Igualmente, la competencia de Cortometrajes Brasil quedó inaugurada con “Rota da ilusão”, de Dheik Praia, corto que el año pasado ganó el concurso de guiones del certamen que posibilitó su producción. Finalmente, la competencia Amazonas se desdobla en ficción y documental con quince obras en total, cuando en las tres primeras ediciones no se contaba con ningún trabajo local.

Con una producción en crecimiento y el festival como principal espacio de difusión, la formación de público se torna uno de los puntos fuertes sobre los cuales trabaja el certamen. Su carácter gratuito permite el acceso a un amplio espectro de espectadores -innovando con la traducción simultánea de las películas brasileñas en lenguaje de señas-, que se potencia con diversas muestras paralelas que acercan el cine a otros municipios, incluso una comunidad indígena.

En el plano de formación se organizan diversos talleres, y no se olvida el costado ecológico, presente desde su merchandising hasta secciones específicas y actividades especiales.

“No es la fiesta por la fiesta. Cada festival tiene una producción académica y se han generado resultados en formación”, señala Braga, quien entiende que el mayor patrimonio de estas iniciativas culturales es su apropiación por parte del pueblo.

Desde Manaos, por Cynthia García Calvo.