La cineasta Ana Cristina Barragán acaba de concluir el rodaje de “Hiedra”, su tercer largometraje tras “Alba” y “La piel pulpo”. Al igual que sus filmes anteriores, los vínculos de estructura familiar vuelven a ser el foco central, aunque en esta ocasión la directora se aleja de lo autobiográfico.
“Hiedra” retrata “un vínculo íntimo y extraño entre dos personajes que juegan a ser familia”, cuenta Barragán en diálogo con LatAm cinema. “Ella se quedó estancada en una edad adolescente y físicamente parecen de la misma edad. Sus universos sociales son muy distantes y ambos están hondamente lastimados por un mismo hecho violento en su pasado que les une”, describe.
Después de “Alba” y “La piel pulpo”, la ecuatoriana reconoce que esta película representa una experiencia nueva. “Siempre había creado desde lo autobiográfico y esta película sale de un lugar menos controlado, más inconsciente. Imágenes que vinieron en un estado entre dormida y despierta. Hice ‘Alba’ y luego ‘La piel pulpo’, y en esta última tenía una presión interna que se liberó en ‘Hiedra’, me siento libre de nuevo y crear desde ahí se siente muy bien. Trabajé muy de cerca con los actores y creo que llegamos a un alto nivel de humanidad y verdad. Es un proyecto especial que corre riesgos y que ha sido muy cuidado a la vez”, detalla.
El proyecto ha tenido un largo recorrido, que incluye participaciones en el programa Ikusmira Berriak, Cinemart y BrLab. Obtuvo fondos de apoyo en Ecuador, el Aide aux Cinémas du Monde de Francia, el fondo catalán y Eficine en México. También ha sido vital en su desarrollo la maestría de Barragán en la Elías Querejeta Zine Eskola de San Sebastián para el trabajo de guion.
La película es una producción de Botón Films (Ecuador), BHD Films (México), Boogaloo (España) y Ciné-Sud Promotion (Francia). Se prevé la finalización del film para mediados de 2025.