La Agencia Nacional do Cinema, ANCINE, publicó un estudio sobre el sector del video bajo demanda (VoD) en la región, incluyendo datos sobre la presencia del cine brasileño en dicha pantalla. El informe ofrece un diagnóstico cuantitativo y algunas conclusiones sobre la regulación del VoD, una de las prioridades que ANCINE se ha marcado para este año.
Tras analizar la situación en 20 países latinoamericanos, el estudio señala que Brasil es el territorio con mayor cantidad de servicios de VoD, 59, seguido de Argentina y Chile, con 53 y 50 respectivamente, respectivamente. Un total de 108 plataformas operan en la región, según el informe, y poco más de la mitad están presentes en más de un país. En general, hay una mayor oferta de contenido seriado (60%) frente a largometrajes (40%) en la modalidad de acceso por suscripción. En cambio, las series tienen una presencia marginal en la opción transaccional, con apenas un 0,5% de títulos disponibles.
En el conjunto de plataformas activas en Brasil, la producción brasileña apenas supone el 10,9% de las obras disponibles. Según datos desglosados, la plataforma brasileña Box Brazil Play lidera la oferta de contenido brasileño con un 91% de oferta nacional (220 obras). Le sigue Globo con un 57% y Globoplay con un 30% (960 títulos). Sin embargo, las plataformas líderes del mercado en Brasil, Amazon y Netflix, apenas ofrecen el 6% de producciones brasileñas.
En lo que respecta al contenido original, denominado así por las plataformas para referirse a aquellas producciones encargadas o licenciadas en exclusiva, Netflix es el servicio con mayor oferta (2.800) en Brasil, más de la mitad de su catálogo. Le sigue HBO Max con 2.600 mil títulos, un 30% de su oferta.
El informe hace hincapié en la dificultad de identificar la nacionalidad de las obras, por lo que los números representan producciones que “aunque presenten a Brasil como país de origen de la producción, no necesariamente se insertan en la cadena de valor a partir de un movimiento de fortalecimiento de los productores nacionales a partir de la titularidad de los derechos o de la creación de la propiedad intelectual”. Por tanto, no fue posible “distinguir obras producidas por productoras nacionales independientes, a partir de sus propias propiedades intelectuales, de aquellas que cuentan con la participación de productoras brasileñas, pero cuyos derechos económicos principales pertenecen a grandes empresas de comunicación”.
La publicación también destaca la necesidad “de avances que permitan entender el funcionamiento del mercado de VoD, destacar el papel de la producción independiente brasileña en este contexto, conocer los arreglos empresariales existentes”, entre otras informaciones relevantes para la regulación del sector.