Asociación de Productores Independientes de Colombia nace con el objetivo de hacer frente a las exigencias del sector

Instituciones - Colombia

Una docena de casas productoras colombianas se han agrupado en una nueva organización sectorial denominada Asociación de Productores Independientes de Cine de Colombia (PI) para “hacerle frente a las exigencias del sector” y mejorar las condiciones para producir cine colombiano. 

Antorcha Films, Burning, Casatarántula, Ciudad Lunar, Evidencia Films, Inercia Películas, Laima, Madlove, Medio de Contención, Milagros, Mutokino y Rara Cine integran esta nueva agrupación que se presenta con el objetivo de “tener representación en escenarios, públicos y privados, a nivel local e internacional en los que se debate el presente y futuro de la cinematografía colombiana, aportando a ellos un pensamiento diverso”. Asimismo, la alianza expresa que surge “en tiempos de extrema polarización, en los que la información hace parte de los negocios más controlados a nivel mundial, es necesario fortalecer las expresiones locales, sus ecosistemas de producción y difusión para el beneficio presente y futuro de las naciones”. 

Cristina Gallego ocupa la presidencia de la nueva asociación, mientras que Franco Lolli ha sido elegido como vicepresidente, Diana María Bustamante como representante legal y Manuel Ruiz Montealegre como suplente. Consultada por LatAm cinema respecto a la situación del cine colombiano, Gallego señala que “es momento de preguntarse dónde se quiere estar dentro de 20 años. Indudablemente el panorama para todos los que queríamos hacer cine hace 20 o 40 años ha cambiado, hoy es una realidad. Sin embargo, el costo sigue siendo muy alto, especialmente cuando se ha desbalanceado el mercado completamente”. 

En este sentido, la productora y flamante presidenta de PI sostiene que ahora los desafíos pasan por actualizar los mecanismos financieros “a las realidades y expectativas”, de forma que pueda atacarse la precariedad. “Por un lado, Colombia es reconocida como un destino de filmación con unos beneficios tributarios gigantes para atraer inversión extranjera, y, por otro lado, el cine colombiano tiene un único mecanismo financiero, la ley 814. Necesitamos actualizar los mecanismos a las necesidades actuales para que el oficio de producir y dirigir películas en Colombia tenga futuro. Por ahora, con los mecanismos mínimos que tenemos, debe hacerse con una precariedad máxima”, defiende. 

En este sentido, Gallego señala que las preocupaciones son concretas y trascienden la producción local: “los que hacemos parte de PI queremos seguir haciendo cine colombiano, queremos seguir generando patrimonio fílmico para la nación, pero necesitamos mejorar las condiciones de los productores independientes y del sector en general, para así evitar la fuga de artistas y de propiedad intelectual del país. Sé que los productores independientes no somos los únicos que enfrentamos este reto, los fondos de financiación en Europa y Latinoamérica se están preguntando lo mismo”, concluye. 

La asociación parte de la experiencia de la producción de películas que en la última década han ubicado a Colombia como territorio cinematográfico clave a nivel internacional, como “La Tierra y la Sombra”, “Pájaros de Verano”, “Los Reyes del Mundo”, “Oscuro Animal”, “Candelaria”, “Gente de Bien”, “Alis”, “Un varón”, “Amparo” o “Memoria”, entre otras.