“El rey del Once” de Daniel Burman y “La helada negra” de Maximiliano Schonfeld son las representantes argentinas de esta edición de la 66° Berlinale. Seleccionadas en el programa de Panorama, la primera marca el regreso de un consagrado que ha encontrado en este escenario sus mayores reconocimientos; la segunda es la reafirmación de las inquietudes de un director nuevo. Dos historias donde los realizadores indagan en sus orígenes retratando a sus comunidades, que cuentan con una misma casa productora: Pasto Cine.
Dirigida por Bárbara Francisco, Pasto Cine nació hace poco más de un lustro y su filmografía denota su correlación con los nuevos directores del cine argentino: “El estudiante” de Santiago Mitre, “El incendio” de Juan Schnitman y “Germania”, ópera prima de Schonfeld. Precisamente, son los cineastas, aquellos que “tienen preguntas más que respuestas”, como explica en charla con LatAm cinema, los que determinan las producciones que la involucran.
“Me gusta producir a los directores que están comprometidos con lo que están haciendo. Que tienen una búsqueda, que indagan y se generan preguntas. Que buscan generar algo auténtico y genuino. Que tienen historias que los atraviesan, si no es por el tema es por la forma. Películas que les salen del corazón, aunque eso suene cursi”, explica Francisco.
Las nuevas producciones que la traen otra vez a la Berlinale -el año pasado estuvo aquí con “El incendio”- responden a ese criterio aunque su colaboración con Burman pareciera -a priori- distar de su forma de trabajo. Pero precisamente, el deseo del realizador de volver a trabajar en una escala más pequeña que sus últimos filmes (“La suerte en tus manos”, “El misterio de la felicidad”), fue lo que determinó la inserción de Pasto Cine en un esquema de producción que incluye a BD Cine, Telefe, Fox+ y Alegoria.
“Me pareció un desafío trabajar con alguien con tanta experiencia que quería volver a producir como cuando tenía 20 años. Para lograr la película que él quería necesitaba cierta flexibilidad y otra forma de producción. Un estilo de producción como el de Pasto, que es más pequeño y prestando atención a lo esencial. En el rodaje, Daniel estaba feliz, enérgico, entusiasmado”, cuenta Francisco.
En “El rey del Once”, Burman regresa al barrio que fue escenario de su obra esencial, el caótico Once, y a observar con humor a la comunidad judía, para narrar la historia de un padre y un hijo desconectados. La referencia evidente dentro de la obra de Burman es “El abrazo partido”, que justamente obtuvo dos Osos de Plata en la Berlinale de 2004. La película ofició como apertura de Panorama, en paralelo a su estreno comercial en la Argentina.
“La helada negra”, por su parte, es un proyecto en el que Francisco trabajó por cuatro años, siguiendo el recorrido de los fondos internacionales. En su camino, obtuvo el concurso Raymundo Gleyzer, participó del Jerusalen Film Lab y logró el premio Arte en el Buenos Aires Lab.
Al igual que en su ópera prima “Germania”, Schonfeld vuelve a contar una historia que tiene como protagonistas a una comunidad de alemanes del Volga, que hasta la actualidad mantienen sus costumbres en la zona rural de la provincia de Entre Ríos. Fusionando actores profesionales con naturales, construye una historia que puede definirse como una fábula, acerca de un pueblo afectado por una misteriosa helada y una joven que se convierte en una salvación.
Tras el estreno mundial de las películas en la Berlinale, Francisco se concentra en sus nuevos proyectos. El más inmediato, el debut como directora de largometraje de la actriz María Alché -recordada protagonista de “La niña santa”- con la película que lleva como título provisorio “La familia sumergida”. En paralelo trabaja en el proyecto “Chaco”, del boliviano Diego Mondaca, que prevé filmar en 2017.