Desde la asunción de Lula da Silva como presidente de Brasil el pasado 1 de enero, tanto el sector audiovisual como el gobierno brasileño están dando pasos para retomar el fomento al cine nacional y reparar las deficiencias en las que ha estado sumido en los últimos cuatro años.
En primer lugar, la Agencia Nacional do Cinema, ANCINE, publicó sus líneas de acción estratégicas para los próximos dos años en la Agenda Regulatória para o biênio 2023/2024, documento que está siendo sometido a consulta pública desde el pasado 23 de enero y durante 45 días, y que puede ser consultado aquí.
Entre las propuestas incluidas en el documento, destaca el desarrollo de proyectos legislativos para la renovación de la cuota de pantalla de cine brasileño en salas; la reglamentación del streaming; la actualización de las cuotas de programación en televisión, y la reglamentación de la comunicación de obras financiadas con recursos públicos en canales educativos, legislativos, universitarios y centros públicos de enseñanza, entre otras.
El Plan también prevé un aumento en el tope de los aportes para los recursos previstos en la Ley del Audiovisual basándose en un Análisis de Impacto Regulatorio realizado en 2020 que demostró, según señala la agencia, “la importancia de estos mecanismos de incentivo y los desfasajes en los límites de los aportes, inalterados desde 1996”.
La Agencia también hizo público el Plano Anual de Regulação 2023 (PAREG), que incluye los estudios que prevé realizar o subsidiar la institución a lo largo del año. Estas iniciativas buscan generar conocimiento y promover “la participación de la sociedad y agentes del mercado en la evaluación de las políticas públicas”.
Por otra parte, medio centenar de profesionales del audiovisual se reunieron entre el 21 y el 28 de enero en el Fórum de Tiradentes para discutir y proponer recomendaciones al nuevo gobierno. Realizado en el marco de la 26ª Mostra de Cinema de Tiradentes y organizado en grupos de trabajo (formación, producción, distribución, exhibición y preservación), el Foro dio como resultado la Carta de Tiradentes, que será enviada a la Secretaría del Audiovisual del recién creado Ministerio de Cultura y a ANCINE. El documento estará acompañada de un plan de trabajo más amplio que será publicado en las próximas semanas.
La Carta hace destaca el grave retroceso que sufrió el audiovisual brasileño durante el gobierno de Bolsonaro y propone 17 medidas para su reparación, varias de las cuales están en sintonía con las propuestas de ANCINE, incluyendo la creación de un marco regulatorio de fomento a la cultura que ofrezca seguridad jurídica al sector; la regulación del VOD y protección del cine brasileño independiente; la aprobación de cuotas de pantalla con garantías de fiscalización; la aplicación de criterios de descentralización; la rearticulación de políticas de internacionalización para el cine brasileño; la promoción de los derechos de las personas trabajadoras en el audiovisual; el fortalecimiento del Observatorio Audiovisual y actualización de variables de medición o el desarrollo de una política de aumento del acceso al audiovisual para toda la ciudadanía. La Carta completa se puede leer aquí.