Con “La vida de los peces”, del chileno Matías Bize, se inauguró el pasado 5 de abril Butaca Uno, Cine Independiente, un espacio que ofrece una pantalla a la producción independiente dentro del circuito comercial boliviano, resultado de 10 años de trabajo del Centro Cultural Yaneramai, que toma el método Red de Microcines, una iniciativa creada e impulsada en alianza con el Grupo Chaski del Perú.
“El principal objetivo de Yaneramai a través del método Microcine es el de crear un circuito de distribución y exhibición paralelo al tradicional, entendiendo que este nunca funcionó para el cine que producimos y que nunca lo hará si mantiene las actuales condiciones de circulación del producto cinematográfico, ya que no responde a las realidades sociales y de mercado de nuestros países”, explica a LatAm Cinema, Marcelo Cordero, Director del Centro Cultural Yaneramai y programador de la sala independiente, que principalmente presentará títulos latinoamericanos.
Una de las particularidades del espacio es que funciona en un megaplex, el Megacenter de La Paz. Dice Cordero: “Somos conscientes de que el circuito comercial no puede ser abandonado porque implicaría abandonar un importante segmento de la población que asiste a estos recintos y condenarlos al monopolio hollywoodense por mucho más tiempo, por lo tanto a la mediterraneidad cinematográfica; pero no solo esto, no podemos dejar de trabajar en estos espacios porque hacerlo significaría resignarnos a los dictámenes del mercado y pasar por alto la responsabilidad social que tienen estas empresas al trabajar con productos culturales, por lo tanto insistir en trabajar en plataformas comerciales es también una posición política”.
Enfatiza Cordero que esta “es la primera vez que se presenta la oportunidad de poder aplicar nuestra filosofía de trabajo dentro del circuito comercial”, revelando que “la meta prevista es tener hasta octubre de 2012 un mínimo de 2.500 espectadores por estreno”.
¿Cuáles son los principales objetivos de Butaca Uno, Cine independiente?
Entre los objetivos más importantes tenemos: Equilibrar el aspecto comercial del cine con su aspecto cultural, esto permitirá que el cine independiente tenga mayor llegada y el público pueda aprovechar el cine de otras formas además de las de entretenimiento; contribuir a generar una industria propia que permita activar la cadena productiva del cine, al tener mayor número de espacios de exhibición se está trabajando directamente en el fomento de la producción local e internacional y su circulación, además de la formación de públicos; conocer, compartir y reflexionar sobre las distintas tendencias cinematográficas que existen en el mundo; romper con la creencia de que el cine independiente y de autor no gusta o no es rentable; demostrar que con lógicas propias de trabajo (distribución, exhibición, promoción) es posible mantener un espacio en circuito comercial que difunda cine independiente, y ser un antecedente que pueda replicarse en otras ventanas de exhibición y en otras regiones del continente.
¿Existe un circuito para películas independientes o alternativas? ¿Hay una demanda del público boliviano de este tipo de películas?
Bolivia por lo general siempre fue uno de los países del continente más excluidos de la oferta cinematográfica independiente o alternativa. Recién a partir de 2002 con la introducción agresiva del soporte DVD se tiene acceso, a través de la piratería, al cine no hollywodense. Debo destacar que Bolivia junto a Perú son, quizá, los mercados piratas más grandes del continente en cuanto a oferta se refiere, lo que demuestra que sí hay un interés particular de los ciudadanos no sólo por el cine norteamericano. En lo que respecta a la circulación de películas independientes en salas de cine, puedo afirmar que recién a partir de 2006 se comienza a estrenar con mayor regularidad este tipo de producciones en complejos cinematográficos comerciales, más que por demanda del público por el interés de los distribuidores locales en la construcción de un circuito para el cine independiente. Otros de los factores fue la apertura de los complejos cinematográficos con varias pantallas. Debemos considerar que el problema de falta de asistencia de público a salas es el mismo en todo el continente, sin embargo es variable de un país a otro dependiendo su densidad poblacional. Por ejemplo: si el promedio de asistencia para un estreno independiente en Argentina es de 1.000 espectadores como mínimo, en Bolivia lo será de 300 espectadores. Este es el panorama del circuito comercial boliviano, sin embargo recordemos que el concepto Butaca Uno es resultado del método Microcine, mismo que tiene como objetivo llegar a las 250 salas funcionando en territorio boliviano hasta 2017, todas exhibiendo cine independiente o de autor.
Mencioname algunos de los títulos de la programación.
Butaca Uno estrenará entre abril y octubre alrededor de 23 películas, cada una con un mínimo de 2 semanas en cartelera. Algunos de los títulos que tenemos programados son: “Vikingo”, de José Celestino Campusano; “Rabia”, de Sebastián Cordero”; “La vida útil”, de Federico Veiroj; “Música campesina”, de Alberto Fuguet; “El lenguaje de los machetes”, de Kyzza Terrazas; “Perro muerto”, de Camilo Becerra; “Los colores de la montaña”, de Carlos César Arbelaez; “Noche sin fortuna”, de Francisco Forbes y Álvaro Cifuentes, y “Slovenian Girl”, de Damjan Kozole.
¿Cómo se adquieren las películas?
El Centro Cultural Yaneramai es una empresa cultural fundada en 2002, trabajando en las áreas de venta, distribución y exhibición cinematográfica. La adquisición de películas se hace por lo menos en un 60 por ciento directamente a través de los productores y directores, y en un 40 por ciento a través de agencias de venta y distribuidores internacionales como FiGa Films, m-appeal y Cineplex Colombia, entre los más importantes.
Si el costo de la entrada es igual al de otra película comercial, que además siempre viene acompañada por una gran campaña de promoción, ¿crees que puede ser competitivo?
El costo de las entradas es de 3,5 a 4,3 dólares americanos por entrada, dependiendo la hora y día de la función. Estos son los costos promedio para estrenos comerciales. No se pudo negociar esto con el complejo, ya que el precio de la entrada está sujeto a costos operativos. En todo caso tenemos promociones muy creativas que se irán lanzando para tener la mayor cantidad de público. Respecto al tema competitivo, el concepto Butaca Uno se lo está manejando de la forma más comercial posible, internamente en Bolivia le estamos dando casi la misma publicidad que tiene el cine norteamericano, además el tema promocional se lo está atacando desde dos frentes: la distribuidora y la exhibidora.
¿Qué lugar ocupa el cine boliviano en esto? ¿Hay una intención de darle visibilidad?
El cine nacional no fue considerado en la primera etapa, primero porque no existe una producción regular. Hoy no tenemos ninguna producción en camino que nos permita programar y promocionar con el tiempo necesario las películas. En segundo lugar, la apertura de los complejos al cine boliviano tiene espacio para su estreno, no es lo ideal pero es mucho mejor que antes. Sin embargo a partir de la segunda etapa de Butaca Uno se trabajará también con cine nacional, pero dentro de un método que está siendo trabajado para que pueda tener el impacto que a la fecha no tiene entre el público.
Cynthia García Calvo