“Agencia internacional de ventas con un corazón ligeramente obsesionado con las películas de autor y los documentales”. Este es el lema oficial de Films Boutique, empresa con base en Berlín que fue fundada en 2008 por su actual director, Jean-Christophe Simon, en asociación con la parisina Films Distribution, que posee un target más abierto o generalista.
En estos casi diez años, Films Boutique se ha consolidado como una de las empresas más acreditadas y con criterios más firmes y claros a la hora de diseñar un catálogo arraigado en el cine independiente y personal. La firma alemana trabaja con producciones de todo el mundo. Destacan en número las procedentes de Europa, países del este, bálticos y cada vez más, América Latina.
Sus adquisiciones anuales oscilan entre los diez y quince títulos --en estos diez años han comprado los derechos de algo más de un centenar de películas. Se centran en el talento joven con la consigna de establecer relaciones duraderas con los creadores, productores y distribuidores.
En el slate que Films Boutique ha presentado en el Marché es muy visible la profusión de películas latinoamericanas: la coproducción entre Chile, Francia, Argentina, Portugal y Alemania “Los perros”, de Marcela Said; la brasileño-francesa “Gabriel e a montanha”, de Fellipe Barbosa (ambas en la Semana de la Crítica); la brasileña “Joaquim”, de Marcelo Gomes; la brasileño-portuguesa “Vazante”, de Daniela Thomas; la coproducción entre Brasil, Portugal y Alemania “O ornitólogo”, de João Pedro Rodrigues y la mexicana “La libertad del Diablo”, de Everardo González. En total, de los quince títulos más recientes que Films Boutique presenta en el mercado de Cannes, seis son de origen latinoamericano.
Respecto a la política de adquisiciones, Simon explica: “intentamos trabajar con películas sin pensar en el país de origen. Nos interesan los directores y los temas. Y lo cierto es que en América Latina hay mucho material en este sentido. Recuerdo hace unos 10 años cuando surgieron las películas de temática LGTB. Es un tema complicado allí, donde el cine puede ser la primera etapa para cambiar las cosas políticamente. (...) Lo que me parece interesante es que ahora en todos los países hay directores que tienen algo que decir y saben cómo hacerlo”.
En cuanto a territorios compradores de cine latinoamericano, Simon establece una diferencia entre aquéllos que tienen algún conocimiento o vínculo cultural y los que no. “En Estados Unidos, por ejemplo, así como en países de Europa occidental, hay lazos con América Latina que allanan el terreno. En cambio, con una película sobre las FARC es más difícil entrar en el mercado asiático. También hay países que tienen una cultura, una manera de vivir (pienso en Francia, Italia, España) que alimenta el interés por las películas de producción latinoamericana. Esto puede ser más complicado con los países del este".
Simon (que estudió cine en Perú), recuerda que durante los primeros años de la compañía que él creó, la diversidad latinoamericana no era la de hoy en día --entonces Argentina, México viajaban casi en solitario. Ellos empezaron pronto su relación con Latinoamérica con la adquisición en 2009 de la chilena “Ilusiones ópticas” de Cristián Jiménez. “Ahora existen directores interesantes en casi todos las países. Hemos trabajado con películas de Costa Rica (“Agua fría de mar” de Paz Fábrega), Colombia (“El abrazo de la serpiente” de Ciro Guerra) y con bastantes de Brasil, entre otros países”, dice Simon.
Respecto a Brasil, Simon explica que “es un caso aparte. Quizá sea un poco más difícil --el idioma impone más restricciones,-- pero su mercado interior es muy grande, tienen mucha capacidad de producción y allí se considera el cine como un lugar en el que es necesario invertir (...) En general, el interés que ahora hay por el cine latino es mucho más alto que antes. Lo que pasa en Estados Unidos es muy relevante. El español es el segundo idioma más hablado en ese país y, si pensamos en un plazo de veinte años, las previsiones son muy optimistas”.
Entre las próximas películas latinoamericanas de Films Boutique se encuentra “Pájaros de verano” de Ciro Guerra y Cristina Gallego, cuyo rodaje acabó recientemente y que gira alrededor del narcotráfico, pero desde el punto de vista de los niños sobre lo que pasó en Colombia en los años 80.
Respecto al cine de género, Simon se muestra muy interesado: “El género dice mucho de la imaginación del país de producción y la manera en cómo se ve el cine allí (...). Ahora las cosas están cambiando mucho porque las fronteras entre cine de género y cine de autor cada vez son más borrosas”.