Este jueves 10 de diciembre se estrena en salas uruguayas la ópera prima de Alex Piperno "Chico ventana también quisiera tener un submarino". Coproducido entre la uruguaya La pobladora cine, la argentina Pelícano cine, la brasileña Desvia, la holandesa Baldr Film y la filipina Cinematografica, el filme tuvo su estreno mundial el pasado febrero en la sección Forum de la Berlinale, donde obtuvo el Tagesspiegel Award. Desde entonces ha participado en numerosos festivales internacionales entre los que destacan Jeonju (Corea del Sur), Biarritz (Francia) y Mar del Plata en Argentina.
La película trata sobre un joven marinero que, a bordo de un crucero, descubre una puerta que conduce a un apartamento en Montevideo. Mientras tanto, cerca de un pequeño pueblo rural en las terrazas de arroz de Filipinas, un grupo de campesinos encuentra una vieja caseta abandonada a la que le atribuye causas sobrenaturales.
El trabajo de financiación y producción del largometraje fue largo y difícil. "La película terminó tomando la forma de una coproducción internacional y ese esquema multipartito fue condición de existencia del filme. En siete años pudimos obtener una financiación internacional que nos permitió salir a filmar. Otro par de años nos costó intentar gestionar permisos para los cruceros que nos interesaban, hasta que entendimos que esos permisos nunca llegarían y tuvimos que conformarnos con rodar en barcos más chicos. Por otra parte, las fechas de temporada del crucero, las fechas sin tifones en Filipinas y la necesidad de que la etapa de rodaje se terminara en Uruguay hizo que el rodaje se postergara varias veces y que hubiera que terminar filmando por etapas durante más de dos años", cuenta a LatAm cinema el director y guionista, que define el camino recorrido como "angustiante y lleno de incertidumbre".
Pero Piperno aclara que la búsqueda de financiación o los desafíos de producción no fueron los mayores obstáculos a los que se tuvo que enfrentar: "El principal desafío fue mantener la película por fuera del sentido común de lo que se supone que es producir un largometraje. El cine es una disciplina tan normada, jerárquica, colectiva y costosa que te lleva puesto. Yo tenía mucho vértigo de que ese sentido común me pasara por arriba, porque sabía que eso sería un desastre para la película. En el rodaje tuve que encontrar un modo personal de filmar mientras me enfrentaba a las expectativas de un equipo que tenía su propia experiencia y que naturalmente necesitaba definiciones urgentes que yo no podía darles. El modo tradicional de producción rechaza cualquier posibilidad de duda, juego o error; y para mí, esas son las herramientas de trabajo más valiosas que tiene un cineasta", expresa.
"Chico ventana también quisiera tener un submarino" llega en un momento en el que el cine uruguayo presenta variedad de voces, géneros y estilos. "Por suerte ya no se puede hablar de ‘un cine uruguayo’. Y este crecimiento se da sin la existencia de políticas públicas que lo hayan acompañado de manera suficiente. Esperamos que la actual gestión del ICAU pueda llevar a cabo las iniciativas que se propone y que no solo quede consolidada la indexación del fondo de fomento, sino que también crezca de manera real el presupuesto destinado a la producción de cine nacional y se concrete el impuesto a las plataformas OTT", comenta Piperno.
En paralelo a su estreno en salas montevideanas, la película está participando en el Festival Internacional de Singapur, el Festival Latinoamericano de São Paulo y el New Directors/New Films, organizado por el Lincoln Center y el MoMA en Nueva York. También tiene confirmada su participación en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y en el Festival Internacional de India. Las ventas internacionales de la película son llevadas por Square Eyes.