Chile en San Sebastián 2017: coproducir para crecer

Festivales - Chile, España

“El elemento más llamativo de nuestro cine es haber entendido la relevancia de la coproducción, tanto mayoritaria como minoritaria en su participación chilena. Eso se puede apreciar claramente en el line up de chile en San Sebastián, y es el resultado de las políticas audiovisuales de los últimos diez años” explica a LatAm cinema Constanza Arena, directora ejecutiva de la agencia de promoción CinemaChile. Los ocho títulos con participación del país andino en alguna de las secciones competitivas de la 65° edición del Festival de San Sebastián demuestran este creciente interés por abrirse al mundo y buscar opciones de trabajo conjunto.

La categoría con mayor presencia chilena es Horizontes latinos. En esta selección de largometrajes latinoamericanos que compiten por un premio de 35 mil euros participan seis títulos con participación chilena. “Una mujer fantástica” de Sebastián Lelio fue la encargada de abrir la sección, y cuenta la historia de un personaje transexual que atraviesa un período de duelo. El filme se llevó varios premios en el festival de Berlín y su producción es liderada por Fábula, la compañía chilena de los hermanos Larraín, en alianza con Participant Media (EE.UU.), Komplizen (Alemania), Setembro Cine (España) y Muchas Gracias (Chile). También una coproducción entre varios países, en este caso entre Jirafa (Chile), Cinémadefacto (Francia), Augenschein Filmproduktion (Alemania), Rei Cine (Argentina) y Terratreme (Portugal) es el segundo filme de Marcela Said, “Los perros”, que narra la historia de una mujer que se enamora de su profesor de equitación, un ex oficial investigado por abusos de derechos humanos durante la última dictadura chilena.

“La novia del desierto”, debut de Cecilia Atán y Valeria Pivato producida por las argentinas El perro en la Luna y Haddock Films y la chilena Ceibita Films, sigue el viaje de una mujer a través del desierto junto a un vendedor ambulante. Con una coproducción entre los mismos dos países y similar locación y temática es “Al desierto” de Ulises Rosell, filme que muestra la travesía por la meseta patagónica de una empleada de casino y un descendiente de galeses. El largometraje es producido por las argentinas Wanca Cine y Ajímolido Films y la chilena Triciclo Films.

La participación chilena también está presente en la venezolana “La familia” de Gustavo Rondón Córdova, que acaba de alzarse con el premio a la mejor película tanto en el Festival de Lima como en SANFIC 13. El film que explora la relación incipiente entre un padre y su hijo preadolescente es una producción de la venezolana La Pandilla Producciones en coproducción con las también venezolanas Cine Cercano y Factor RH, la chilena Ávila Films y la noruega DHF. Completa la participación chilena en Horizontes Latinos “Medea” de la costarricense Alexandra Latishev, con producción de las costarricenses La Linterna Film y  Temporal Film, la chilena Grita Medios y la argentina Cyan Prods.

En la sección Nuev@s director@s se encuentra la chilena Marialy Rivas con “Princesita”, película ambientada en un país lejano donde habita una niña que tiene la misión de concebir un hijo santo junto a un líder carismático. El filme no es la excepción a la notoria prevalencia de las coproducciones internacionales en los títulos chilenos:  vuelve a aparecer la chilena Fábula, esta vez junto a la española Setembro Cine y la argentina Sudestada Cine.

La presencia chilena se completa con “El sueño de Ana”, último trabajo del chileno José Luis Torres Leiva que participa en la sección más arriesgada y abierta del festival, Zabaltegi-Tabakalera. Este cortometraje en el que Ana nos cuenta un sueño que ha tenido con su pareja fallecida es el único trabajo del festival que no optó por la colaboración internacional, y fue producido por la chilena Globo Rojo Filmes.

Los pasos que está dando la cinematografía chilena para abrirse a públicos internacionales se ponen de manifiesto tanto en sus decisiones de coproducción como en su contenido. “Nuestras películas tienen como común denominador el hecho de llegar a audiencias de todo el mundo. Son temáticas universales, que incluyen elementos locales que sólo enriquecen con originalidad tópicos globales”, concluye Constanza Arena.