Cuando el año pasado DocTV Latinoamérica abrió la convocatoria a su V edición bajo la premisa de trabajar con la felicidad, la realizadora boliviana Soledad Domínguez (“Hermana Constitución”) ya estaba desarrollando su proyecto desde hacía varios años. La documentalista estaba siguiendo de cerca el funcionamiento y la evolución de la banda musical de Oruro llamada Continental 100%.
Ante el planteo del programa y con este camino previo de investigación, Domínguez pudo asistir al proceso “de un modo no funcional, no servil. La convocatoria me ayudó a encontrar la deriva narrativa necesaria para poder atracar con la historia que quería mostrar, darle una forma provocativa… provocarme e interrogarme como autora” reflexionó en diálogo con LatAm cinema.
En su segundo largometraje “Una banda de Oruro”, la directora se introduce en un grupo de instrumentos de bronce, y cuenta por dentro la dureza de una profesión artística sobre la que se construye la fama de las multitudinarias fiestas folclóricas de Bolivia. La historia comienza con los desafíos que enfrenta el grupo al escindirse de la banda original Continental y al tener que enfrentarse a la entidad que regula los grupos musicales y las actuaciones en esta ciudad altiplánica de Bolivia. A través de las conversaciones de Domínguez con los integrantes de la orquesta y de su propio relato en off, la directora propone un acercamiento directo a la vida de estos hombres (porque ella es la única mujer presente en el film), denunciando además las adversidades que el sistema impone.
Actualmente Domínguez ya se encuentra trabajando en su nuevo proyecto de largo documental “La vida oscura”, seleccionado para un encuentro de productores en Lussas, Francia. Según la realizadora, allí también abordará de forma personal otras luchas sociales: el papel de las mujeres proletarias en la historia obrera de las minas bolivianas.