El presente y el futuro del cine iberoamericano fue tema de discusión en los paneles de industria organizados en el marco de la segunda edición del Festival Internacional de Cine de Panamá (11 a 17 de abril), cuyo objetivo es ampliar la circulación del cine en el país, especialmente, de producciones iberoamericanas y panameñas.
En una mesa redonda, organizada por Diana Sánchez, directora artística del IFF Panamá y programadora de cine iberoamericano para el Festival de Cine de Toronto (TIFF), se reunieron cuatro representantes de la región: la española Elena Manrique, productora de películas como “El laberinto del fauno”; el español Simón de Santiago, de MOD Producciones; la portorriqueña Cynthia Wiesner, de Wiesner Distribution, y la argentina Florencia Shapiro, directora de la distribuidora independiente LAT-E.
En el debate se ha destacado el actual panorama económico que ha llevado a productores y directores de cine español a buscar coproducciones en Latinoamérica, invirtiendo una corriente que hasta el momento había sido, casi exclusivamente, desde Latinoamérica hacia Europa.
Para Sánchez, “era impensable que hace cinco o diez años un productor de España fuera a buscar fomento y profesionales en países como Colombia”.
Según De Santiago, Colombia se ha convertido en un polo indispensable para España y otros países, gracias a las facilidades ofrecidas por el Estado para la coproducción, como la devolución del 40% del dinero invertido en películas rodadas en suelo colombiano con técnicos locales.
Por su parte, Manrique afirmó que actualmente en España “se siente el abandono del Estado en términos de políticas culturales”, gracias a los cortes de presupuesto generados por la crisis económica europea: “Por eso, directores y productores van adonde está el dinero”.
Otro tema de discusión fue la distribución de películas dentro de Iberoamérica. Para Shapiro, iniciativas como LAT-E son la salida para que el difícil panorama actual cambie en forma más rápida. “En la red hacemos juntos lo que cada uno está haciendo por separado para mover sus películas. Es muy común que, al final de la producción de una obra, el director no sepa qué hacer para que su trabajo se vea”, afirmó.
Wiesner, cuya distribuidora en Puerto Rico pasará a distribuir películas en español también para otros países centroamericanos como Costa Rica y Panamá, la formación de audiencias y la distribución continua de cine iberoamericano en esos mercados es esencial. “Después de algunos años llevando películas iberoamericanas a Puerto Rico, ya se siente un cambio en el público local, ahora mucho más receptivo a otro tipo de cine que no sea el hollywoodense”, explicó la distribuidora de títulos como “Blancanieves” e “Infancia clandestina”.
Finalmente, se analizó la importancia de Brasil en el mercado iberoamericano, con los actuales esfuerzos de fortalecimiento a través de los nuevos vínculos de coproducción y distribución. A pesar de los altos precios para rodar en el país y de la supuesta barrera del idioma, se considera al mercado brasileño un actor esencial de intercambio para la financiación conjunta.
De Santiago considera que hay que estrechar los lazos: “Brasil es un país que cuenta con muchos estímulos a la producción, además de ser una potencia cultural”.
Sin embargo, desde el punto de vista de países cercanos, como Argentina, ese acercamiento no se ha dado del todo todavía. “Cinema do Brasil ofrece un premio a empresas extranjeras para que distribuyan películas brasileñas, pero hasta el momento ningún distribuidor argentino lo ha aprovechado”, dijo Shapiro, para quien un cambio de actitud, no sólo del público sino de la industria regional, es urgente.
Desde Panamá, por Camila Moraes Z.