Una veintena de organizaciones del ámbito cinematográfico y audiovisual de Colombia han emitido un comunicado en defensa de las leyes 814 de 2003 y 1556 de 2012 que impulsan el sector y se verían afectadas con la propuesta de reforma tributaria que el nuevo gobierno liderado por Gustavo Petro presentó el pasado 8 de agosto.
El texto, que lleva por título Reforma Tributaria para la igualdad y la justicia social, propone en su artículo 69 la derogación del artículo 16 de la Ley 814 para el fomento de la actividad cinematográfica en Colombia. Esto implicaría la eliminación de los beneficios tributarios a contribuyentes que realicen inversiones o donaciones a proyectos cinematográficos de producción o coproducción colombianas. En la actualidad, las deducciones son de hasta el 125% del valor invertido o donado. De aprobarse la reforma tal y como está escrita, se eliminaría también el incentivo de la Ley 1556 que promueve los rodajes internacionales en Colombia.
El comunicado sectorial manifiesta la importancia de proteger las leyes y destaca su impacto “Al inicio del experimento se produjeron solo dos películas, hoy ya vamos en más de 400 largometrajes y 1000 cortometrajes. La ley 814, y su hermana la 1556, son instrumentos en esencia tributarios, pero trascienden, muy de lejos, lo económico”, señala. El texto enumera las contribuciones concretas y simbólicas de las legislaciones y destaca que a través de la Ley 1556: “por cada peso de incentivo tributario (...) ingresan como inversión al país 3,4 pesos. Por cada proyecto de inversión que llega a Colombia, la balanza fiscal queda con una diferencia positiva del 2,9%. Esto significa que por cada 100 pesos que las producciones internacionales invierten en el país, le generan al Estado 2.9 pesos netos. No hay un costo fiscal asociado a este incentivo”.
En este sentido, concluye el comunicado: “el cine y el audiovisual colombiano son una realidad concreta y tangible…como sueño, como profesión, como oficio, como expresión de un pueblo que construye una nación, como espejo en donde vemos los reflejos de esa identidad que estamos buscando como país, para entendernos, para acercarnos, para vernos a los ojos, para valorar y respetar nuestra diversidad, para atesorar nuestro patrimonio cultural y eso que llamamos ser colombiano. Las leyes 814 y 1556 son los pilares sobre los que construimos estos relatos”. Y agrega: “los sistemas de incentivos de estas dos leyes deben mantenerse como protección de nuestro patrimonio cultural y en protección del trabajo digno de los miembros del sector audiovisual”.
Según informaciones a LatAm cinema de Alina Hleap, representante de los productores en el Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía (CNACC), en la sesión ordinaria del CNACC que tuvo lugar el pasado 24 de agosto, la Ministra de Cultura, Patricia Ariza, señaló que esos artículos se eliminarán de la reforma. En declaraciones a la revista colombiana Semana, el Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, expresó lo mismo el pasado 15 de agosto: “una cosa es la economía naranja y otra el sector del cine. La economía naranja terminó beneficiando al sector de hotelería, transporte, etcétera, no es la industria cultural. Soy partidario de apoyarla y si nos equivocamos en la propuesta en materia de cine, ya he dicho: corregimos ese error”.
El primer debate del texto será los días 10 y 12 de septiembre y el Ejecutivo ha declarado que su intención es votarlo antes de terminar el presente año.