La marca sectorial del documental chileno Chiledoc y el Centro de Estudios Katalejo realizaron una encuesta online a 37 empresas audiovisuales chilenas con el fin de obtener datos sobre la internacionalización y comercialización del documental chileno en 2022 y 2023. Los resultados del estudio fueron presentados el pasado 12 de diciembre en el marco del encuentro internacional del documental Conecta y estarán disponibles en el siguiente enlace.
En comparación con el período anterior (2021-2022), hubo una leve disminución en el acceso a fuentes de financiamiento internacional (82,9% vs 81,1%), exceptuando el pago de fee por parte de festivales, que creció un 8,1% gracias a un mayor interés por largometrajes y cortometrajes documentales chilenos en festivales. De hecho, la producción chilena con mayor reconocimiento mundial reciente fue el documental “La memoria infinita” de Maite Alberdi, que este año representó a Chile en los Oscar y en los Goya, donde resultó ganadora.
El estudio arroja también un crecimiento del 8,8% en los agentes de ventas que han adquirido obras de no ficción, mientras que el 30% de los encuestados consiguió ingresos de canales de televisión y plataformas de streaming, con MUBI, Guayaba y Filmin a la cabeza de las plataformas que han adquirido más documentales chilenos, y Francia, Argentina y México liderando la lista de países compradores.
“El documental chileno tiene un importante alcance internacional. Hay muchas razones para ello, como la calidad de sus propuestas narrativas y artísticas. Es un cine diverso que dialoga con públicos de diferentes latitudes por la particularidad de sus historias, pero también por la universalidad de sus temas de fondo. La calidad del documental chileno siempre ha sido destacada, pero hoy existe toda una generación que ha venido a refrescar la escena y proponer cosas nuevas. Es un cine que toma riesgos, que está ampliando su lenguaje y formas de contar”, cuenta a LatAm cinema Paula Ossandón, directora de Chiledoc.
Entre otros factores que inciden en este buen momento, Ossandón detaca la capacidad de los productores para realizar alianzas internacionales y el apoyo del sector público, aunque matiza que el Estado debería invertir más en cultura: “En esta ecuación también juega un rol el sector público, que apoya la producción y la internacionalización del documental chileno, pero los fondos, por ejemplo, están estancados o han crecido muy poco. Faltan mayores instancias para apoyo a la coproducción y la distribución internacional. Algunos fondos exigen cofinanciamientos muy altos para la capacidad que tienen las industrias creativas”.
Según la directora de Chiledoc, existen más aspectos a mejorar para seguir fortaleciendo la producción nacional: “La televisión y la empresa privada deberían involucrarse más en la producción y exhibición de documentales chilenos. Otra área que requiere apoyo son las regiones, ya que existe una concentración de recursos e instancias formativas en la capital, mientras que las principales cadenas de producción y distribución también se encuentran en Santiago. Si bien existen polos fuertes de desarrollo en algunas ciudades, es necesario fortalecer más los territorios”, concluye.