Agencias de ventas: Claudia Bertolino, directora de Amashort
Con sede en Buenos Aires, Amashort es una agencia de ventas que comenzó en el ámbito de los cortometrajes y desde hace unos años ha ampliado su line-up a los largometrajes documentales y las series de animación para público infantil. En su catálogo figuran obras como el documental chileno “Walkatjurra - Our Actions Will Never Stop”, estrenado recientemente en el festival FIFO de Tahití, y el uruguayo “Soñar robots”, que se ha vendido a diferentes aerolíneas; así como las series “Hablando de cosas serias” de la argentina Claudia Ruiz y “TV educativa” de los uruguayos Marco Caltieri y Pablo Marcovecchio.
Amashort también comercializa reconocidos cortometrajes de animación como los argentinos “Corp” de Pablo Polledri, “Arroz y fósforos” de Javier Beltramino, y “La Chimai y la tormenta” de David Bisbano, así como “Gravedad” de la boliviana Matisse González Jordán y “El motor y la melodía” de Juan Antonio Limo Giribaldi y Manuel-Antonio Monteagudo Gauvrit (Perú).
LatAm cinema conversó con la directora de Amashort Claudia Bertolino, que está convencida de que “hay un espacio de venta para cada film, sólo hay que encontrarlo”.
¿Cómo describirías la línea editorial de Amashort? ¿Qué tipo de producciones te interesan?
En Amashort decimos siempre que elegimos las historias porque nos conmueven. Nunca podríamos vender algo que no nos llegue de alguna manera. Nos centramos en tres tipos de contenido: documentales, series infantiles y cortometrajes. Y en general las temáticas que más nos interesan son las medioambientales, las historias de vida, sociales, los temas de inclusión, de arte. Además del contenido de nuestro catálogo, estamos trabajando mucho con distribuidoras y productoras colegas. Cuando tenemos un cliente que busca material específico de cierta temática, año, duración, etc. que no está entre nuestro contenido, recurrimos a ellos. Muchas veces hacemos búsquedas específicas entre productoras o distribuidoras, vemos el material y si creemos que se ajusta a las necesidades del cliente, se lo presentamos. Trabajamos con contenido latinoamericano y español para el mundo entero. Es importante destacar que somos una agencia de ventas, no hacemos distribución a festivales. Y nuestros principales clientes son señales de televisión, plataformas de streaming y líneas aéreas.
¿Con cuántos títulos trabajan por año?
No tenemos un número específico, porque al trabajar sobre estos tres ejes, hay años que hay material más interesante de documentales, otros de cortos, y así. Nosotros comenzamos con un catálogo solo de cortometrajes, y luego fuimos sumando otro tipo de material. Así que todo va creciendo de a poco. Lo que no queremos es trabajar con un montón de películas a las que no podamos dedicarles el tiempo ni la dedicación que queremos, es por eso que elegimos no más de cinco o seis por categoría. Y luego siempre está la posibilidad, como te contaba, de poder trabajar con material externo a nuestro catálogo.
"Me encuentro con muchos directores de documentales, por ejemplo, que ni siquiera saben que su obra puede venderse o que hay un mercado interesado.... Ese es nuestro trabajo".
¿Cuál es el esquema de trabajo de Amashort con las películas? ¿Cuál es la mejor etapa para presentarte un proyecto o película?
Nuestro esquema es así: tenemos varias vías para conocer y elegir las películas. Asistimos a mercados, festivales y rondas de negocio por un lado, donde conocemos películas nuevas. Además tenemos un formulario en nuestra página donde los directores pueden dejar sus datos y un link de visualización. Una vez que elegimos una película, hacemos un contrato con el responsable de los derechos, en principio por dos años. Nosotros trabajamos a resultado. Si se vende, percibimos una comisión. Y las ventas pueden tener modelos de negocio muy diferentes. Cada empresa hace una oferta con ciertas condiciones, que puede ser revenue share, con Mínima Garantía o no, Tarifa Plana, etc. La propuesta se la consultamos a la persona que firmó el contrato con nosotros, y si todos estamos de acuerdo, cerramos la operación. Siempre todo se consulta, no nos gusta concretar una venta sin que el director o productor estén de acuerdo. Por más que tengamos un contrato firmado. Es nuestra manera de trabajar desde el principio, es algo que vamos a mantener siempre. Por eso tenemos una relación muy estrecha con los directores, muchas veces tenemos varias obras del mismo director que vuelve a confiarnos un trabajo nuevo. Las presentaciones pueden hacerse a través de la página todo el año. Solo que vamos encontrando los momentos para mirar el material. Sobre todo después de un mercado hay mucho para visualizar, y hay otras épocas que son más tranquilas. Tratamos de incluir contenido acorde a un próximo mercado específico para llevar material nuevo a cada uno.
¿En qué mercados participas con el objetivo de buscar proyectos y películas?
Según el año estamos en el mercado de Clermont-Ferrand, MIFA, MIPCOM, Sunny Side of the Doc o NATPE, en estos casos más que nada para ofrecer nuestro contenido. Pero de todos modos siempre se encuentran películas ahí. Donde vamos más específicamente a buscar es en festivales como BAFICI y Mar del Plata o mercados como Ventana Sur, DocMontevideo o rondas de negocios como MICA.
A partir de tu experiencia y en términos de ventas, ¿cuáles son los territorios y ventanas que más cine latinoamericano están comprando?
Me parece que el cine latinoamericano está en expansión y países como Colombia, México o Argentina son una gran vidriera para las películas de nuestra región. Nosotros hemos vendido material latinoamericano a Suecia, Francia, España, etc. Y a líneas aéreas como Iberia y British (como fue con la película uruguaya “Soñar robots”) Si bien hay veces que encuentras algunas trabas para incluir contenido de habla hispana en países europeos, cada vez se está abriendo más. El otro día leí un informe de Netflix que decía que de los 100 títulos más vistos en el mundo durante la primera mitad de 2023, 16 fueron en idioma español, la segunda lengua más consumida por sus suscriptores después del inglés (65 títulos). Eso te da la pauta que algo está cambiando, y además contando con el vacío de contenido que pudo haber dejado la huelga de actores y guionistas de casi medio año.
¿Cuáles crees que son los principales desafíos para la distribución internacional de contenidos latinoamericanos en este momento?
Saltar definitivamente la barrera del idioma. Creo que vamos camino a eso. Y además, en los tres ejes en los que nosotros trabajamos, también veo que hay una gran falta de información de que este material se puede vender, que puede ser atractivo para países extranjeros, regionales o no. Esto no pasa con las series de ficción o las telenovelas donde ya se sabe que hay un mercado que lo compra. Pero me encuentro con muchos directores de documentales, por ejemplo, que ni siquiera saben que su obra puede venderse o que hay un mercado interesado. Y la verdad es que el cine latinoamericano llama mucho la atención. No hay más que ver los festivales importantes como Rotterdam, IDFA, o DOK Leipzig donde cada vez es más fuerte la presencia latinoamericana. Hay un espacio de venta para cada film, sólo hay que encontrarlo. Ese es nuestro trabajo.