Ana Aizenberg, coordinadora Buenos Aires Comisión de Filmaciones

Los datos oficiales indican que el audiovisual es la segunda industria de Ciudad de Buenos Aires en términos de exportación, con un crecimiento que superó el 150% en la década que acaba de finalizar. Con ello, resulta por lo menos curioso que una ciudad tan requerida, motor de una de las principales cinematografías del continente americano, no contara con un área específicamente destinada a desarrollar y explotar todo su potencial como escenario audiovisual. La creación de la Buenos Aires Comisión de Filmaciones (BACF) a mediados del año pasado sirvió para saldar esa deuda, y posibilitar que un ente gubernamental se encargue de promover a la ciudad como escenario de filmación, facilitando la vinculación de los productores extranjeros con los diferentes sectores del audiovisual local, agilizando trámites y resolviendo sus necesidades. Ana Aizenberg, coordinadora de la Comisión de Filmaciones, dialogó con LatAm Cinema sobre este organismo de la Dirección de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la Ciudad, que busca generar competitividad a partir del indiscutible atractivo de la ciudad y la reconocida calidad de sus profesionales.

¿Cuál es el trabajo que realiza una film commission?

La obligación de cualquier comisión fílmica es brindar información sobre las compañías y proveedores que existen en un país o una ciudad. El mecanismo funciona así: el productor extranjero contacta a la film commission que posee información de locaciones, logística, requisitos legales, infraestructura disponibles, técnicos, actores, etc. Con todo esto, se crea un info pack que se envía al productor extranjero con el fin de vender la ciudad como set de filmación. Una vez concretado el rodaje, tenemos que viabilizar todo lo posible: encontrar locaciones; abrir puertas en lugares que de otro modo tal vez serían más complicado; hacer lazos estratégicos con todo lo que es infraestructura país, etc.

¿Por qué los extranjeros eligen Buenos Aires como lugar de filmación?

Porque se identifican rápidamente con la ciudad y por las características culturales que compartimos con ellos. En Argentina, el idioma industrial o de los negocios es igual al que se habla en Alemania, Inglaterra, Francia o Italia. Por eso cuando vienen se sorprenden con lo cosmopolita que es la ciudad, con su arquitectura, museos, teatros, artistas, el diseño, la indumentaria, los técnicos, la fauna, flora, etnias, etc Encuentran todo eso junto y además que no hay ningún obstáculo a la hora de comunicarse gracias a la madurez e internacionalidad del sector.

¿Cuáles son los incentivos económicos que ofrece Buenos Aires a la hora de rodar en la ciudad?

En estos momentos ofrecemos muy pocos incentivos económicos para venir a rodar a Buenos Aites. Primero, porque recién estamos empezando. La industria audiovisual será un bien intangible hasta que no se concrete y se vea el impacto económico que está teniendo en la ciudad. Y en eso estamos. Lamentablemente todavía no podemos presentar a un ente gubernamental o una fundación privada un balance que refleje la cantidad de películas que se rodaron y cuánto dinero han dejado en la ciudad. Por ejemplo, en el rodaje de la película “There Be Dragons”, del norteamericano Roland Joffé, se contrataron el equivalente a 2.000 noches de hotel.

¿Cómo se compara la realidad argentina con la de los países vecinos, y cuál es la ventaja de aquí a pesar de la falta de incentivos?

Brasil tiene una ley de mecenazgo, mientras que nosotros no. Chile lo resolvió muy bien porque lo incluyó dentro del marco de exportación: es una industria. En Uruguay, es una actividad que está exenta de IVA. Nosotros tenemos una ventaja que es real, que es que tenemos muy buena gente y muy buenos costos. Además, tenemos locaciones que no están explotadas. Argentina está desarrollada en su totalidad para filmar: hay buena comunicación, todo el territorio tiene luz, agua, gas…. Todas estas cosas que son favorables hay que manejarlas y conseguir resultados, para que los gobiernos y recaudadores vean el ingreso. Pero hay que ser consciente que va a llevar tiempo. Todas las film commission son a largo plazo. Si fuésemos consideramos como una industria tendríamos un montón de excepciones que facilitarían bastante el tema de los incentivos. Lo que tenemos de bueno es que el cine argentino es un cine querido en el mundo. Es un cine que es prestigioso. Y además la gente que viene, viene hasta de vacaciones; siempre se quedan más tiempo del que duran las películas (risas).

¿Cuáles son los objetivos trazados para este 2010?

Tenemos un plan para 2010 de volver a las ferias para reafirmar nuestra invitación a que vengan y sepan que este es un lugar maravilloso para filmar. Cuando viajas te enteras que es lo qué está pasando en el mundo, con quién y como se compite, algo clave para poder mejorar y fortalecerse. Y el vernos la cara, conversar, demostrar que estás dispuesto a asesorar y trabajando para la mejora constante de la industria. El objetivo es que vengan. Además de eso, vamos a hacer actividades acá, asesorar a las PYMES para que puedan tener mejores servicios; hay un programa de exportación interesante para que se entienda bien el tema de exportar, que fue básicamente Ventana Sur, cuáles son los delivery; qué es la parte de distribución. Y trabajar mucho en que los que vengan reciban el servicio que deban recibir. Poder promocionarlo realmente.

Recientemente se celebró en Buenos Aires una reunión con las diferentes film commissions de Latinoamérica. ¿Cuál fue el objetivo y el balance de dicho encuentro?

La intención máxima fue conocernos personalmente y ver si existe la posibilidad de crear una red de film commissions en el continente. En la reunión pudimos conversar con bastante soltura y tranquilidad de cuáles son los temas a desarrollar. El primer tema que surge es el de los incentivos: ¿qué pasa con los incentivos? ¿cómo hacen los países para tener incentivos? ¿cuáles son los que los tienen? ¿cómo los logran? Hay países que tienen ley de mecenazgo, otros que no, otros que trabajan sobre los incentivos. La idea de esta posible red es compartir información y facilitar la comunicación entre las distintas comisiones. Básicamente nos interesa conocer las experiencias de las otras comisiones para saber si pueden servir para el resto de los países. Y también saber qué cosas podemos compartir y realizar en conjunto. Hablando con extranjeros nos decían que nosotros competíamos como países, pero las productoras también compiten entre ellas y nadie deja de ofrecer su servicio. Entonces nosotros competiremos pero también compartiremos. Para nosotros es importante que sepan que tenemos una comunicación interna. Por ejemplo, Uruguay nos saca muchos clientes pero hay algo que Uruguay no tiene, y es nieve, entonces podemos complementarnos. Creemos que esa competencia nos va a ayudar a aumentar la cantidad de clientes. Espero que esa red sea un medio de colaboración y que ayuda a desvelar en parte el misterio de Latinoamérica.