• Costa Rica Festival Internacional de Cine: de Centroamérica al mundo

  • Costa Rica Festival Internacional de Cine: de Centroamérica al mundo

Costa Rica Festival Internacional de Cine: de Centroamérica al mundo

Una plataforma para celebrar el cine independiente y una ventana de promoción para la producción centroamericana. Así se concibe el Costa Rica Festival Internacional de Cine, un certamen que celebra su sexta edición entre el 7 y el 16 de diciembre en San José, Alajuela y Cartago.

 

Con 73 obras en el programa, el certamen abarca la producción centroamericana más reciente en su Competencia Centroamericana de Largometraje; y la del futuro en el área profesional Industria CRFIC, en la que se seleccionaron dieciséis proyectos en diferentes etapas para participar en Cine en Construcción y en el Laboratorio de Proyectos.

El CRFIC también dedica un espacio a la formación de profesionales regionales, y este año se centra en fortalecer las herramientas de promoción, distribución y crítica para formar “promotores del cine centroamericano”.

LatAm cinema conversa con su flamante director artístico, Raciel del Toro, a pocos días de subirse el telón de una edición que, por primera vez, busca descentralizarse en localidades periféricas del territorio tico.  

¿Cuál es la línea editorial del CRFIC?

El CFRIC es un festival de cine independiente. Aunque en el mundo existen varios festivales con un perfil similar, en Costa Rica, exhibir cine independiente reviste un impacto palpable para el público, pues 9 de cada 10 películas que se proyectan al año en salas comerciales nacionales son exclusivamente provenientes de la industria audiovisual norteamericana. Entonces, mostrar durante 10 días decenas de películas producidas en 35 países diferentes, constituye una oportunidad. La formación de audiencias es un proceso que toma tiempo, pero desde la cuarta edición del festival el público asistente ha ido incrementándose, en búsqueda de otros personajes, otros escenarios, otras historias y otras maneras de narrar. Privilegiamos un cine independiente cuya característica inherente sea la excelencia como arte cinematográfico, pero que también propicie el pensamiento crítico y el debate como motor intelectual.

Y el otro foco fundamental del CRFIC es su impronta regional, no sólo porque existe una competencia exclusiva para películas centroamericanas que entrega incentivos económicos a sus realizadores, sino que los espacios de capacitación profesional que se organizan en el festival, así como su sección de Industria para proyectos en desarrollo, también tienen un alcance centroamericano. Potenciamos al CRFIC como una plataforma para presentar la más reciente producción cinematográfica regional ante la comunidad audiovisual internacional.

Se trata de la cuarta edición del espacio de Industria. ¿Qué modificaciones presenta en relación a otros años y hacia dónde se orientará?

Centroamérica está experimentando un crecimiento productivo, por lo que mantener la sección de Industria CRFIC contribuye a la necesaria diversificación de los espacios que favorezcan el apoyo financiero a películas en desarrollo. Pero la idea de Industria CRFIC no es que sólo sea un concurso para obtener fondos, sino que también propicie la creación de redes profesionales entre cineastas, las asesorías personalizadas y la apertura de nuestras historias hacia otras latitudes y mercados. En este sentido, se han organizado asesorías sobre marketing y elaboración de “key art”, montaje cinematográfico y desarrollo de proyectos. Además, consolidamos la colaboración con la agencia creativa argentina Boogieman Media y con el espacio de Cinéma en Développement de Cinélatino-Rencontres de Toulouse; y sumamos redes y premios en servicios con la empresa productora chilena especializada en posproducción de sonido, YAGáN FILMS, y con Say the SAME Subtitles, empresa mexicana líder en traducción audiovisual y subtitulaje.

Casi la mitad de las producciones seleccionadas en la Competencia Centroamericana está integrada por documentales, mientras que la Ventana Costarricense es en su totalidad apuestas de este género. ¿En qué momento está el documental en la región?

Personalmente, no asumo al documental como un género, sino como una modalidad cinematográfica, porque así como en la ficción pueden realizarse películas de género (melodrama, thriller, comedia, etc.), también pueden hacerse con el documental. Creo que el equipo de programación del CRFIC comparte de alguna manera esta posición, y propiciamos la exhibición de películas documentales que conflictúan nuestra realidad. Esto no quiere decir que el documental esté experimentando un esplendor en la región. Aún hay mucha confusión entre reportaje periodístico y cine documental; y vemos muchas obras aburridas, estructuradas a partir de “cabezas parlantes” donde hay un pobre desarrollo de los personajes. Lo que sí hemos notado es que cada vez más hay cineastas centroamericanos que exploran los límites entre ficción y documental, y en el festival nos interesa darle cabida a este tipo de películas híbridas.

El CRFIC es un festival que no establece diferenciaciones entre ficción y documental, entre animación y técnicas de captura de imagen real; conviven todas las modalidades cinematográficas y estrategias narrativas, porque lo que nos interesa son las historias que cuentan las películas. Sin embargo, el público asistente al festival sí aprecia la oportunidad de ver buen cine documental, y prueba de ello es que, por ejemplo, en la edición del año pasado, los tres premios del público que entregó el festival en cada una de sus categorías competitivas fueron a manos de películas documentales.

Centroamérica está experimentando un crecimiento productivo, por lo que mantener la sección de Industria CRFIC contribuye a la necesaria diversificación de los espacios que favorezcan el apoyo financiero a películas en desarrollo.

El Festival también busca profesionalizar el sector de la exhibición, difusión y circulación con una oferta específica en su área formativa. ¿En qué situación están éstas áreas en Costa Rica y qué papel juega el festival en este entorno?

La dimensión formativa del festival no es solo dirigida a Costa Rica. Para el CRFIC es sumamente importante que el enfoque centroamericano también sea abarcado por las actividades de capacitación profesional del festival, porque la escasez de los espacios formativos nos atañe como región.

Alrededor del cine han prosperado otras disciplinas profesionales que no están vinculadas directamente con la producción de películas, pero que sí acuerpan al cine como industria: la crítica, la investigación, la promoción, la distribución, etc. Son precisamente estas disciplinas las que más han tardado en desarrollarse en la región. Es por ello que el CRFIC organiza por tercera edición consecutiva su Laboratorio de crítica cinematográfica, como un espacio de debate y entrenamiento para pensar y escribir sobre cine; y este año se realiza el primer Seminario de formación de promotores cinematográficos centroamericanos. Además, el taller Campus Latino CRFIC se centrará en desarrollar estrategias de impacto, alcance, distribución y potencialidades de coproducción para proyectos documentales de Centroamérica y México.

CIRFF se posiciona como certamen foco del cine centroamericano. ¿Se ha establecido como un motor para la posterior distribución de obras regionales en Costa Rica?

El CRFIC brinda la coyuntura para ver en pantalla grande las producciones centroamericanas y nacionales más recientes. Pero la lamentable realidad es que luego, a lo largo del año, existen poquísimos espacios para disfrutar de cine centroamericano en el país, salvo en algunos nichos académicos. Las oportunidades más frecuentes las brinda el proyecto Preámbulo del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, que es una antesala de la Cinemateca de Costa Rica que está en proceso de construcción.

En salas comerciales, el cine centroamericano es casi nulo; incluso a las películas nacionales les cuesta incluirse o mantenerse en cartelera. Esta situación responde a los compromisos que adquieren las grandes exhibidoras con la industria cinematográfica estadounidense y su bombardeo de blockbusters, y a la inexistencia de una ley de cine que proteja la producción nacional.

¿Cómo definirías el panorama actual de producción en Costa Rica? ¿Y a nivel centroamericano?

Tanto Costa Rica como Centroamérica en general están experimentando una efervescencia productiva. De hecho, este año, al culminar diciembre, se habrán estrenado 13 largometrajes de ficción costarricenses, lo cual constituye un número nunca antes logrado. Y en la Competencia centroamericana de largometraje de este año en el CRFIC se inscribieron 34 películas, superando las 30 del año pasado. Un dato interesante es que Honduras, que nunca había tenido una película en competencia en el festival, este año tiene dos. Ante este crecimiento productivo, trabajamos para que el CRFIC se consolide como una plataforma para presentar a la región ante la comunidad audiovisual internacional, la cual comienza a vislumbrar en Centroamérica a un grupo de cineastas que comparten inquietudes e identidades.