Ecuador - Jan Vandierendonck, exdirector ICCA*
A nivel de reglamentación, ¿están desarrollando alguna medida para proteger el cine nacional en los circuitos de exhibición comercial?
No hay una cuota de pantalla en el Ecuador. La razón es que no hay suficiente producción nacional para justificar esto. De otro lado, hay un tipo “de acuerdo entre caballeros” para que cada película ecuatoriana que quiere ser estrenada en salas de cine comerciales, lo sea. Los productores se quejan de que las películas nacionales en general no se quedan el mismo tiempo en pantalla que las películas norteamericanas y esto es cierto en la mayoría de los casos; pero esto tiene que ver con la economía misma de cadenas comerciales que son los representantes locales de los grandes estudios y cadenas de distribución norteamericanas, en otras palabras los exhibidores comerciales también son distribuidores y tienen interés en tener las películas norteamericanas en las salas. Otro elemento importante es que la venta de gaseosas, popcorn, tacos etc representan el mayor ingreso de las salas de cine y supuestamente la gente consume menos durante peliculas nacionales que son en general más contemplativas, más psicológicas, etc. y menos de acción o de terror.
¿Están desarrollando algún programa para revertir la situación y generar más espacios de conexión entre público y cine nacional?
El Instituto de Cine y Creación Audiovisual tiene la tarea, escrita en la Ley Orgánica de Cultura, de desarrollar una red de espacios audiovisuales. Esos son espacios físicos en todo el país donde existe la posibilidad de estrenar películas. El objetivo del ICCA es tener unos 500 espacios en todo el país, y en particular donde no hay acceso a cine a través de salas privadas de cine. Estamos formando a los gestores culturales locales para que trabajen no solamente como proyeccionistas sino también como programadores y animadores de público. El ICCA compra derechos de películas ecuatorianas y algunas latinoamericanas para crear un banco de contenidos a disposición de los gestores culturales locales para programar en sus espacios.
En segundo lugar -y en colaboración con el Ministerio de Educación- hemos desarrollado un trabajo piloto de “cineclubes” en colegios en todo el país, el plan piloto se limitó a 5 provincias escogidas en función del tipo de población: provincias con mayoría de mestizos, con mayoría de indígenas, con mayoría de afrodescendientes, tanto en la costa, como en la sierra y en la amazonia. Estamos analizando el trabajo hecho en estos colegios, las evaluaciones, los videos que los alumnos han producidos etc. para extender el experimento por todo el país durante todo el año. Este trabajo lo hacemos con gestores culturales locales y con las películas del banco de contenidos.
Sobre el espacio digital (plataformas) ¿Han implementado o están desarrollando la implementación de alguna medida de protección y/o fomento del cine nacional?
El ICCA forma parte de Retina Latina que presenta películas de los países miembros (México, Uruguay, Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador), la plataforma es gratis para los consumidores pero el ICCA paga los derechos a los productores. Un proveedor público de telefonía e internet ha creado hace algunos años una plataforma para el cine nacional, pero ha sido un fracaso. Estamos desarrollando un canal de Youtube para obras de multimedia que estamos apoyando.
¿Hay datos oficiales sobre la participación de las mujeres en los puestos de dirección/creación de la filmografía y audiovisual nacional?
La lógica de fomento del ICCA es fomentar proyectos no fomentar a personas, por ello no tenemos líneas de fomento destinadas a grupos particulares. Sin embargo, si analizamos los apoyos que hemos entregado desde el año 2007 conocemos los beneficiarios y conocemos su género. Los beneficiarios desde 2007 hasta 2017 eran personas naturales; desde 2018 (excepto escritura de guion y organización de festivales y muestras) los beneficiarios son personas jurídicas y el representante de la empresa es la persona con quien firmamos el convenio de apoyo, lo que no significa necesariamente que es la persona que va tener el cargo de productor(a) o director(a).
Los porcentajes oficiales de las beneficiarias año por año : 2007 26%; 2008 30%; 2009 21%; 2010 21%; 2011 40%; 2012 52%; 2013 47%; 2014 49%; 2015 51%; 2016 70%; 2017 45%; 2018 34%; 2019 37%.
Tenemos otra manera de medir la presencia femenina en el sector a través de nuestro Listado Ecuatoriano del Audiovisual (LEA) y allá vemos que entre los inscritos en este listado (que es obligatorio para postulantes del ICCA) hay 29% de mujeres.
Así podremos concluir que los proyectos presentados por mujeres tienen mejor acogida de parte de los jurados en función de su representación en el sector y también comparando la presencia más baja en postulantes (desde que obligamos a que los postulantes sean personas jurídicas), ya que la mayoría de los representantes legales de estas empresas son hombres, sin que esto signifique que las obras sean necesariamente producidas o dirigidas por hombres.
¿Alguna medida implementada o prevista para reducir la brecha de género?
Con las cifras de arriba no nos parece de la mayor urgencia intervenir en esto porque la brecha de género en función de la presencia de mujeres en el sector mismo no nos parece causar mayor preocupación. Si solamente el 29% de los profesionales del sector son mujeres, pero los fomentos y apoyos del ICCA son mayores y en ciertos años muy mayores a este porcentaje, podemos concluir que no hay una discriminación negativa clara de proyectos de mujeres. Si necesitamos medidas para que haya más profesionales femeninas, tenemos que intervenir en la formación; pero allá hay otro gran problema y es que ya hay demasiada formación audiovisual en las universidades del Ecuador: 18 universidades ofrecen formación audiovisual y lanzan al mercado ya saturado cientos de egresados al año.
¿Hay registro de producciones en lenguas originarias en el territorio?
Hasta ahora la mayoría de las producciones en las 14 lenguas originarias del Ecuador son producciones locales para la comunidad y por la comunidad, muchas veces retransmitidas por las televisiones locales. Por ello es muy difícil registrar las producciones porque no todas se producen con fomento del ICCA a pesar que el ICCA fomenta entre 5 y 10 producciones al año. Para salas de cine conocemos hasta ahora una sola producción en Quichwa: Killa.
¿Han implementado o están por implementar medidas para el fomento y promoción del cine en lenguas originarias?
Desde este año 2020 lanzamos una convocatoria específica para la producción para salas de cine de largometrajes en las 2 lenguas originarias más habladas (el Quichwa y el Shuar) y prevemos el mismo apoyo que para producciones en castellano, así vamos a invertir 20% del apoyo general para producción en beneficio de películas (con un mínimo de 60% de diálogo) en Quichwa o Shuar, lo que representa un gran salto para estos idiomas y para la cultura indigena representada por estas obras.
Entrevista recibida por correo electrónico el 26 de marzo del 2020