Los programadores: Evrim Ersoy, director creativo de Fantastic Film
El Fantastic Film de Austin (Texas) fue creado hace 12 años por Tim League (distribuidor y director de la cadena de cines Alamo Drafthouse, junto al crítico Harry Knowles, el productor Paul Alvarado-Dykstra (“Between Floors”) y el director y guionista Tim McCanlies (“El gigante de hierro”). Pese a su juventud, el Fantastic Fest se ha convertido en una cita indispensable para los amantes del género de todo el mundo, un hervidero crucial para la industria a la hora de examinar las tendencias de este tipo de cine.
En 2013 se lanzó el Fantastic Market, dirigido por Kristen Bell, la directora del festival y el programador Rodney Perkins, en colaboración con Canana, la productora y distribuidora mexicana dirigida por Gael García Bernal, Diego Luna y Pablo Cruz.
Entrevistamos a Evrim Ersoy, director creativo del Fantastic Film. Ersoy ha trabajado en los departamentos de programación de otros festivales como el Beyond Fest (Los Angeles) y el Boston Underground Film Festival. También fue fundador del Duke Mitchell Film Club, en Londres, un club y un festival especializados en las producciones más oscuras y atrevidas.
Como la referencia internacional dentro del mundo del género que es el Fantastic Fest de Austin, ¿cómo definiría la personalidad y filosofía del festival?
El Fantastic Fest se define como un festival de género, aunque nuestra opinión sobre el género es muy amplia y variada. En vez de centrarnos estricta y únicamente en el horror y la ciencia ficción, buscamos películas que propongan miradas e historias excepcionales. Nosotros, por ejemplo, consideramos como películas dentro del género a “Langosta”, de Yorgos Lanthimos o “El hijo de Saúl”, de László Nemes, y nuestra personalidad muestra estos criterios diversos. De hecho, todos nosotros contamos con orígenes y experiencias distintos, pero unidos por una pasión común por el cine.
Nuestro objetivo siempre es aplaudir estas películas y a sus creadores de una manera también festiva: el Fantastic Fest no es algo sosegado, sombrío, sino una fiesta ruidosa y alegre dedicada a la celebración de lo mejor del cine.
¿Cómo se hace la selección de las películas?
Cada año tendemos a centrarnos sobre un país o cinematografía en particular lo que ya nos facilita un punto de arranque para abordar el tema general. Una vez elegido, empezamos a rastrear los mercados de todo el mundo en busca de películas que nos apasionen y a medida que vamos encontrando estos títulos, indagamos en las tendencias y patrones que advertimos dentro de la producción cinematográfica anual.
Con nuestro equipo de programación, desplegado por todo el mundo, observamos cada cinematografía y tendencia local e intentamos ver cómo todo esto encaja dentro de un panorama general más amplio.
Tratándose de un festival de género, la presencia de talento latinoamericano es importante. ¿Cuál cree que es la razón detrás de que América Latina constituya una auténtica cantera de talento para el género?
Latinoamérica es un territorio rico en historias y narradores. Y no sólo eso, sino que el paisaje es uno de los más espectaculares del mundo; lo que se ve reflejado en la gran pantalla puede ser sencillamente impresionante. De estos territorios, podemos obtener tomas únicas en situaciones que ya podemos haber visto y podemos encontrarnos con narraciones históricas o de sucesos actuales realmente sorprendentes.
Latinoamérica es un territorio rico en historias y narradores. Y no sólo eso, sino que el paisaje es uno de los más espectaculares del mundo; lo que se ve reflejado en la gran pantalla puede ser sencillamente impresionante.
¿Detecta algunas tendencias en la región? ¿Cuáles son los nuevos rumbos del género en América Latina?
El año pasado hubo dos películas que causaron sensación en el festival: “Tenemos la carne”, de Emiliano Rocha Minter y “La región salvaje” de Amat Escalante. En ambas películas se empleaban los códigos del género para contar historias enormemente locales. Las dos se concentraban en analizar las situaciones socioeconómicas de sus países y las relaciones entre sus habitantes. Este es un rumbo apasionante del género en América Latina: contar historias relevantes e impactantes, utilizando el lenguaje y la mirada del cine de género.
¿Qué debería hacer el cine de género latinoamericano para estar más presente en todo el mundo?
La producción de género en América Latina está fortaleciendo los aspectos narrativos y aumentando el número de producciones en aras de incrementar su presencia en el mercado mundial. Aunque los recursos pueden ser escasos para los artistas independientes, un sentido más compacto de la narración asegurará que sus creaciones alcancen un lugar más prominente en el mercado.
En relación al nuevo norte que la política estadounidense está adoptando en sus relaciones internacionales, ¿están preocupados por el impacto que podría esto tener en el conocimiento y distribución de obras latinoamericanas en los EE.UU.?
La política actual es algo que nos preocupa como festival no sólo por América Latina sino por la producción de otros países y su distribución en los EE.UU. Pero también es cierto que el arte encontrará un camino. Ha habido muchos ejemplos de obstáculos lanzados al paso del cine ‒como también al de la pintura o el arte ‒ pero los métodos ingeniosos de los artistas siempre encuentran la fórmula para sortear dichos obstáculos.
Nuestro deber como festival es asegurarnos de seguir investigando y descubrir nuevas miradas independientes en todo el mundo, sean cuales sean las dificultades.