Facundo Ponce de León, presidente de la Agencia del Cine y el Audiovisual de Uruguay (ACAU)
Tras 15 años en Buenos Aires, Ventana Sur cruza el Río de la Plata para celebrar su decimosexta edición en Montevideo. El principal mercado audiovisual de América Latina se desarrollará del 2 al 6 de diciembre en la capital uruguaya gracias a un acuerdo entre el Marché du Film – Festival de Cannes, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA) y la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU). LatAm cinema dialogó con Facundo Ponce de León, presidente de ACAU, sobre las características de esta edición de Ventana Sur y la actualidad del audiovisual uruguayo.
¿Cuáles son las principales diferencias entre las ediciones anteriores de Ventana Sur en Argentina y esta primera edición en Uruguay?
La principal diferencia es no imitar la escala. Argentina tiene una escala que Uruguay no tiene y la primera decisión que tomamos fue aceptar eso como un valor. No pretendemos recibir 4.000 acreditados, como hubo en Buenos Aires en 2023. Entendimos que nuestra escala es muy valiosa porque tal vez no tengas 50 reuniones sino 15, pero lo que importa es que esas 15 tengan una curaduría para decidir con quién te encontrás y qué proyecto presentás. A la vez, sabemos que estamos haciendo el mercado más importante de América Latina, entonces la combinación de la importancia de la marca con esta escala es el desafío que nos desvela. Actualmente estamos en el entorno de los 1.100 acreditados confirmados y estimo que llegaremos a los 1.300 - 1.500 participantes.
¿Qué espacios clásicos de Ventana Sur continúan y cuáles son las novedades para esta edición?
Se mantienen secciones icónicas como Blood Window, Animation!, Primer Corte, Copia Final y Proyecta, que, aunque suman incorporaciones de Uruguay, estarán lideradas por profesionales con experiencia en las mismas. Otras cinco secciones tendrán compatriotas a cargo: Ventana Doc - que continúa el legado de Doc Sur - estará liderada por Virginia Bogliolo; Series Latam, por Rodrigo Ros; Entre guiones - antes Shoot the Book -, por Inés Bortagaray y Rosa Martínez, y En breve - sección de cortometrajes -, por Juan Andrés Belo. Por último, el mexicano Daniel De la Vega estará al frente de Maquinitas +, una sección que se venía consolidando y a la que le agregamos el signo de + para que, además de videojuegos, incorpore contenidos vinculados a la tecnología y la creación audiovisual en un sentido más amplio. La convocatoria ha sido impresionante, con más de 200 postulaciones en algunas secciones.
Además estará el mercado, tal como sucedía en Puerto Madero, con stands de países, distribuidoras y agentes de ventas. Y también estamos trabajando en ejes transversales para los contenidos de las charlas: propiedad intelectual, sustentabilidad, archivo y el patrimonio fílmico, modelos de financiación, y los desafíos de distribuir y exhibir cine latinoamericano. Estos ejes atraviesan todas las secciones y estamos armando un puzzle para que los participantes no interactúen sólo a la interna de la sección en la que están, sino que puedan acercarse a eventos de toda la comunidad Ventana Sur. Las actividades tendrán lugar en el Auditorio del SODRE (mercado), el Teatro Solís (encuentros de trabajo y conferencias), Club Uruguay (distintas secciones de VS) y Cinemateca y Sala B (screenings); con una distancia entre las distintas sedes que no supera los 15 minutos caminando.
¿Cuáles fueron los principales desafíos para organizar el mercado en una nueva sede?
Uruguay entró en una relación ya preexistente entre el INCAA y el Marché du Film. En un momento de dificultad por parte de Argentina, decidimos sostener el evento y que pasara a tener una dimensión rioplatense. Entonces, si bien este año se organiza en Montevideo, capaz que el año que viene se hace en Rosario y el siguiente en Punta del Este, pero siempre bajo la marca de Cannes, porque gran parte de la marca Ventana Sur se sostiene en el Marché du Film del Festival de Cannes. En cuanto a los desafíos, nos encontramos con que en Uruguay no teníamos el know-how para organizar un evento de este tipo: nuestro país tiene una tradición de eventos audiovisuales pero con una dimensión más pequeña. Con Ventana Sur surgió el desafío de articular todos los tentáculos de un gran pulpo.
“Argentina tiene una escala que Uruguay no tiene y la primera decisión que tomamos fue aceptar eso como un valor para organizar Ventana Sur”.
¿Qué pasará con Ventana Sur en ediciones futuras?
Ahora, la cabeza está puesta en que salga bien esta edición. Lo que sí nos importa es que se entienda que esto no es un parche. Firmamos un acuerdo por el cual la marca pasa a ser de Argentina y de Uruguay. La gestión de los eventos, por lo menos por los próximos cuatro años, es rioplatense. Capaz que el año que viene vuelve a ser en Montevideo, pero, aunque sea en Buenos Aires o en Rosario, la ACAU será coorganizadora, como de esta edición es el INCAA.
¿Qué novedades habrá respecto al audiovisual uruguayo durante Ventana Sur?
Vamos a firmar acuerdos con Chile y con Costa Rica. Si no llegamos a firmar, será sólo por cuestiones técnicas o legales de las cancillerías, pero ya hay documentos para acuerdos de colaboración con ambos países. Ventana Sur es la instancia que condensa tantos años -no sólo los de la agencia, sino más para atrás también- de un sector que va creciendo y madurando. Más allá de lo institucional, lo que más quisiera es que la vida de los proyectos que estén en las secciones y que los encuentros de las casas productoras con los compradores sean fructíferos, para eso se hace el evento. Esperamos que la mayoría de los proyectos uruguayos que se presenten generen su plataforma de despegue en este Ventana Sur. Con eso daríamos por cumplida nuestra tarea.
¿En qué momento del cine uruguayo llega esta edición de Ventana Sur?
Estamos en un momento de consolidación del aspecto industrial. Y ahí hay que tener cuidado, porque el mundo en el que nos movemos - que es un mundo artístico - mencionar el elemento industrial no siempre puede sonar del todo bien. Pero el elemento industrial significa que una actividad llega a un grado de madurez y desarrollo que tiene diversidad y un nivel de empleo y sostenibilidad financiera en el tiempo. Obviamente, cuando digo esto estoy pensando también en el elemento artístico. Que en este momento se estén produciendo siete obras mayoritarias uruguayas, con guion y dirección uruguayos, es fundamental para ese crecimiento industrial. Y la consolidación no se da sólo porque viene Netflix a filmar o porque nos va muy bien con las publicidades que se filman acá para todo el mundo; no hay una industria si sólo hacés servicios de producción y esto es un set que podría ser acá o en Bahamas, ni tampoco si sólo hay un cine de autor, porque no lo podés sostener y las personas se ven obligadas a ir a trabajar a otros rubros. Cuando vos tenés servicios, publicidad, cine nacional con producciones mayoritarias y minoritarias, y todo eso empieza a tener una forma articulada, sos una industria. En Uruguay estamos por consolidar ese salto y Ventana Sur funciona como un acelerador de ese proceso. Como todo, más allá de la estabilidad uruguaya, esto después se tiene que sostener en la política pública, en los apoyos. En un año electoral siempre se genera una cierta intriga, porque, gane quien gane en las elecciones del 27 de noviembre, habrá una nueva administración, un nuevo gobierno. Entonces también eso va a ser clave para que este proceso termine de aceptarse.
Está terminando la gestión de este gobierno y es momento de hacer balance, ¿cómo evalúas tus casi dos años al frente de ACAU y en qué dirección irá la agencia en los próximos años?
La primera satisfacción es saber que, en todos los programas de gobierno de todos los partidos, la agencia sigue. Entonces ahí ya hay un primer logro estructural. La agencia es realmente la institucionalidad que le hace bien al sector. Cuando nació, hubo una cantidad de dudas respecto a si estaba bien, si era el momento, y se demostró que era el momento, que está bien, aunque es mejorable, como todas las obras humanas. Mi trabajo en ACAU ha sido hermosamente agotador, pero muy feliz. Creo que en dos años se configuró la nueva proyección de la que hablaba, y creo que Ventana Sur lo confirma. Mantuvimos un buen balance entre haber sabido heredar y haber sabido innovar. Se hizo mucho y se hizo muy rápido, y eso genera una especie de vertiginosidad que yo también siento a nivel personal. En un año y ocho meses cambiamos la sede, sistematizamos la información de los fondos y de las convocatorias, creamos un observatorio y empezamos a analizar datos. Además hicimos un nuevo plan de exhibición, trajimos Ventana Sur y estamos reviendo todo el archivo. Es como cuando estás entrenando y tenés que pegar un pique para después seguir en otro ritmo. La agencia fue ese movimiento.