• Javier Espada, director de “Buñuel, un cineasta surrealista”

  • Javier Espada, director de “Buñuel, un cineasta surrealista”

Javier Espada, director de “Buñuel, un cineasta surrealista”

Sesenta años después de que “Viridiana” ganara la Palma de Oro del Festival de Cannes, el filme de Luis Buñuel regresó al certamen francés en la sección Cannes Classics. LatAm cinema habló en Cannes con el historiador cinematográfico Javier Espada sobre su documental “Buñuel, un cineasta surrealista”.

Espada nació en Calanda y ha sido responsable de la puesta en marcha del museo Buñuel en México, que fue inaugurado con su exposición sobre “Viridiana”, que se puede visitar en www.viridiana50.com. Luego, y con las fotos que el propio Buñuel hizo de localizaciones y que fueron encontradas en una caja de zapatos, realizó el documental “Tras Nazarín”. También es director de los documentales “Una mujer sin sombra”, sobre Asunción Balaguer, y “El último guion: Buñuel en la memoria”, presentado en Berlín en 2008.

¿Cómo empezó el proyecto?

Empezó como conferencia para la exposición “Buñuel en México” de la Cineteca Nacional de México. Después se me ocurrió añadir al Buñuel de México, el español y el francés, hasta hacer un guion que relacionara toda su obra.

¿Cómo estructuraste el guion?

Definí los tres grandes temas: Buñuel y el surrealismo, Buñuel generador de obras de arte y Buñuel conectado a otros artistas. Utilicé como hilo conductor la poética surrealista que sigue vigente en la crítica al conservadurismo y la represión.

Primero hice un prólogo sobre la influencia de su madre y del médico republicano anarquista de Calanda. Después relacioné a Buñuel con artistas de la época como Max Ernst, Dalí, Lorca y tantos otros. Finalmente ilustré la propia creación de arte de Buñuel, que añadía humor negro a sus cuadros copiados, los sueños, el erotismo y la peste amenazadora, para acabar en su “acto surrealista” proponiendo un virus mortal.

¿Cómo encontraste los archivos?

Llevo años investigando. Aparecen mientras los buscas. Aparecen cosas sorprendentes y desconocidas. También está el fruto de mis conversaciones con expertos como Jean-Claude Carrière, con quien Buñuel escribió “Mi último suspiro”. Su hijo Juan Luis me ayudó para la digitalización y restauración de películas como “Viridiana” y “Tristana” por la parte española, “Las Hurdes”, que está en Francia, y “Simón del desierto”, de la etapa mexicana. Debo citar a Gustavo Alatriste como el gran benefactor de la obra de Buñuel en la etapa UNINCI de los años de “Viridiana”.

La poética surrealista, que sigue vigente en la crítica al conservadurismo y la represión, es el hilo conductor del documental.

¿Qué difusión tendrá el film?

La presencia en Cannes le dará visibilidad mundial y legitimidad histórica para que luego circule por los circuitos culturales, universidades, escuelas, televisiones, etc. Creo que podrá utilizarse en talleres de guion, de fotografía, de desarrollo cinematográfico de bellas artes… No olvidemos que Buñuel se relacionó con gigantes culturales como Giacometti, por ejemplo.

¿Cómo es tu lenguaje cinematográfico?

He seguido el consejo de Carrière de no contarlo todo para mantener la poesía. Lanzar ideas sin perder la poesía y sin explicarla ha sido mi propuesta cinematográfica. Utilizar las dudas como punto de partida y no intentar condicionar al espectador. Pongo mi voz como narrador para mantener el ritmo y la historia, sin agobiar. No hago sentencias, sino que explico lo que creo y dejo espacio a la duda para que lo subjetivo nos aproxime al espectador y la historia crezca como crece la obra de Buñuel.

He utilizado la misma narración circular que utilizaba Buñuel, empezando con la muerte, que Buñuel ponía siempre con su peculiar sentido del humor. El único plano repetido es el del ojo cortado y las tres veces que aparece la armadura paseando por Calanda, extraído del documental que hizo Juan Luis Buñuel. El bucle entre el remiendo del bordado y el fundido auditivo de “Tristana” es el ejemplo perfecto de este tipo de montaje narrativo.