• Javier Porta Fouz, director artístico del BAFICI

    Javier Porta Fouz.

Javier Porta Fouz, director artístico del BAFICI

Entre el 19 y el 30 de abril se celebra la vigésimo tercera edición de BAFICI (Buenos Aires festival internacional de cine independiente) en un formato híbrido que combina varias salas de Buenos Aires y una opción online para extender el festival a todo el país. Por su relevancia y posicionamiento, BAFICI es un favorito de las películas argentinas para su estreno mundial.  

Este año, el festival tendrá tres competencias que incluyen cortos y largos: Argentina, Internacional, y Vanguardia y género, además de otras secciones temáticas. La agenda también incluye actividades especiales como conferencias, paneles, puntos de encuentro para productores y otras iniciativas para pensar la producción cinematográfica. Entre otras iniciativas destacadas, el programa de formación ABC BAFICI celebrará su tercera edición con el objetivo de impulsar proyectos en desarrollo en diferentes instancias de producción. LatAm cinema conversó con Javier Porta Fouz, director artístico del BAFICI desde 2016, sobre las competencias, la línea editorial y el área de industria del certamen porteño.

¿Cuáles son los rasgos que el festival mantiene desde su creación y cuáles son las particularidades de esta edición?

Es un festival que ya tiene un cuarto de siglo, esto significa una continuidad, una identidad. En un festival como el BAFICI, uno ve un cine que no sabía que le gustaba: permite ensanchar el consumo cinematográfico. Como evento cultural promueve la diversidad y el acceso a esa diversidad; acceso en el sentido de que la gente realmente pueda conectar con más películas que con las que conectaba habitualmente. El público está ávido de encontrar películas en el festival que de otra manera no encontraría. Ha habido cambios del comienzo a hoy. En las primeras ediciones, la gente sabía que la mayoría de las películas si no las veía en el festival, era muy probable que ya no las viera o que no las viera por mucho tiempo. Con el correr del tiempo, las películas empezaron a estar más disponibles, entonces los festivales tuvieron que cambiar. Mantenemos lo importante, que es tener una identidad propia. Apuntamos a tener más premieres mundiales, más premieres internacionales y a que nuestras competencias su propia identidad. Que el BAFICI genere un sistema propio: que haya películas a las que les interese estrenarse en el BAFICI. Sin embargo, también tenemos películas que han pasado por otros festivales, de directores de trayectoria, y las elegimos porque cada vez les resulta más difícil acceder al circuito comercial.

¿Cómo se estructura la programación del festival?

Las competencias han ido cambiando, la estructura y la cantidad de películas también. Tenemos en cuenta cuáles son las tendencias que el público manifiesta en cada edición, y cómo se puede ajustar y mejorar para la siguiente. Desde 2021, tenemos tres secciones: Internacional, la Argentina y Vanguardia y Género. La competencia internacional es para primera, segunda y terceras películas de largometraje; e incorporamos a los cortometrajes pensando que si puede competir una película de catorce horas, también puede competir un cortometraje. Además de estas tres competencias, hay secciones organizadas para orientar al público: Noches especiales, Artes y oficios, Música, Lugares, Hacerse grande. También retrospectivas y películas de rescate de otras décadas que suelen ser muy exitosas porque son películas que la gente quiere ver en cine.

Este año tendrán su premiere internacional una veintena de películas argentinas, tanto en la competencia argentina como en la oficial. ¿Qué papel juega el BAFICI en la presentación internacional de las películas argentinas?

El rol del BAFICI en la presentación de películas argentinas es crucial. Tenemos una enorme cantidad de películas argentinas que eligen al festival para presentarse ante el mundo. Algunas pasaron ya por algún festival, Rotterdam, Berlín, pero la mayoría de las películas argentinas que presentamos, tanto largometrajes como cortometrajes, son estrenos mundiales. Es una tradición que está desde el principio, películas como “Mundo Grúa”, “La flor” y “El estudiante” tuvieron su premiere mundial en el BAFICI. Muchas películas argentinas que han recorrido grandes festivales y han sido reconocidas internacionalmente son películas que empezaron en el BAFICI. Somos el festival que más películas argentinas estrena. Es un cine al que le prestamos muchísima atención, siempre se renueva, siempre ofrece cosas nuevas, y para nosotros es un orgullo contar con la confianza del cine argentino.

Somos el festival que más películas argentinas estrena. Es un cine al que le prestamos muchísima atención, siempre se renueva, siempre ofrece cosas nuevas; y para nosotros es un orgullo contar con la confianza del cine argentino.

El cine latinoamericano también ocupa un lugar importante en la programación.

Con respecto al cine latinoamericano, y al de cualquier origen, hemos decidido que no nos interesa de manera dogmática la idea de tener una película de tal país. Invitamos a las que consideramos que pueden ser estimulantes para el BAFICI y sus competencias. Comprobamos que si uno busca sin necesidad de encontrar sí o sí películas de tal origen, termina encontrando más y mejor y dándose cuenta de que nunca se produjo tanto cine latinoamericano como hoy. El rol del BAFICI es mostrar esa cantidad, pero sobre todo mostrar la variedad de estilo, tono, temática y acercamientos que tiene el cine en Latinoamérica.

Año tras año llama la atención la gran cantidad de cortos incluidos en la programación del BAFICI, ¿cómo se integran los cortos en la programación?

En los primeros años, teníamos la idea de que los cortometrajes tenían que estar separados de los largometrajes. Hace unos años, empecé a notar que en los cortometrajes sucedía una cierta renovación, se encontraban apuestas bastante más osadas en promedio. En cambio, había una zona de largometrajes de festivales que se había anquilosado. Entonces empezamos a prestarles mucha atención a los cortometrajes y, a partir de 2021, un momento en el que, de alguna manera, había que refundar la idea del festival, pensamos que integrar los cortometrajes podría ser una idea muy atractiva, y si bien bien fue muy resistida, hoy en día sentimos que fue un acierto. Sobre todo, al ver cómo se venden las entradas de las funciones de cortometraje y no solamente las de los argentinos, las de cortometrajes internacionales también. El público cambió. Lo notamos el año pasado, que al fin aparecía gente joven que renovaba el público, que ampliaba el público del BAFICI. Los cortometrajes le dan una vida al festival, una amplitud, muy bienvenida.

Esta edición se celebrará tanto en salas como online. ¿Qué películas deciden incluir en la programación online y por qué siguen manteniendo esta modalidad?

El corazón del festival son las salas de cine: lo presencial, compartir una función de cine o un montón de funciones de cine, ir de una sala a la otra. Meterse en conversaciones, discutir, cambiar ideas sobre las películas. También es cierto que es un festival que ocurre en la ciudad Buenos Aires, en un país que es muy extenso y en el que hay público interesado en todo el territorio. La programación online permite que las películas estén disponibles en todo el país, las 24 horas del día. Además, es un festival en el que siempre hay que optar, porque hay 10, 15 salas ofreciendo películas al mismo tiempo. Lo online es una ayuda que permite ver las películas que no se pudieron ver. Es una opción, pero el corazón del festival es lo presencial.

En los últimos años, el BAFICI ha reducido sus actividades de industria. ¿Qué los llevó a tomar esta decisión? ¿Tienen previsto relanzar actividades como el BAL en un futuro cercano?

A partir de 2021, también nos replanteamos las actividades de industria. Hoy tenemos actividades diferentes, actividades que son durante todo el año con un programa de mentoreo, ABC BAFICI, en sus cuatro líneas: Creación, Realización, Postproducción y Distribución. La propuesta es no formatear las películas, que los directores encuentren su propia voz. Porque tenía la impresión de que las películas que participaban de muchos laboratorios terminaban pareciéndose entre sí, y así, tratando de ayudar a que se hicieran las películas, se terminaban borrando las singularidades. Son justamente esas singularidades son las que tratamos de potenciar desde ABC BAFICI. Seguimos teniendo charlas y presencia de un montón de sectores de la industria en el BAFICI, y hemos creado ABC BAFICI, que nos permite trabajar por fuera de la lógica del festival (durante varios meses). Es un trabajo más fecundo cuyas dos primera ediciones nos dejaron muy contentos