• José Luis Rugeles, director de “Alias María”

  • José Luis Rugeles, director de “Alias María”

José Luis Rugeles, director de “Alias María”

El film vuelve sobre un tema habitual en el cine colombiano como es el conflicto armado. ¿Cómo se particulariza esta película?

En realidad yo no conozco más que un puñado de películas que traten este tema; creo que hacen falta más historias que lo aborden. En mi caso fue una necesidad, pues creo que el país necesita hablar y exteriorizar estos más de cincuenta años de guerra, y el arte es un camino válido para hacerlo pues la historia resulta el reflejo de lo que pasa en el contexto. Tenemos mucho miedo a hablar de una manera íntima de nuestra violencia. Uno tiene que poder mirarse en el espejo y reflexionar sobre lo que es. En “Alias María” no estamos abordando la guerra como un espectáculo de donde salen grandes héroes, más bien es un panorama desolador y cotidiano, donde vemos la parte humana de los combatientes. Todo esto lo vemos a través de los ojos de María, quien además de estar en medio del conflicto, tiene un gran secreto.

¿De qué forma trabajaron para dar veracidad a la historia?

Hicimos muchas entrevistas a ex combatientes de distintos bandos, y en diferentes momentos a lo largo de cinco años. Ahí conocimos a Yineth, una chica que tiene una historia similar a la de María; ella fue la encargada de ayudarnos en arte y guion de una manera muy singular para así no alejarnos de la veracidad. Igualmente, estuvimos bastante documentados con libros, documentales, fotografías y relatos reales, siempre intentando acercarnos con respeto a todas estas historias.

¿Cuáles son los temas que te interesaba abordar más allá de ese tema puntual?

Me interesa contar una historia donde el fuera de campo sea protagonista, sentir el desgaste de un conflicto de más de cincuenta años, o hasta dónde puede llegar.

 

Tenemos mucho miedo a hablar de una manera íntima de nuestra violencia.

En tu película eliges el punto de vista femenino, ratificando a la guerra como un escenario masculino, ¿cómo trabajaste la mirada desde el género?

Primero pues con las entrevistas a las ex combatientes, donde tuve cercanía con un par de ellas como Yineth, y tuve la oportunidad de entender ese otro lado. Luego manteniendo en el equipo esa cuota femenina con Daniela (Castro) en la asistencia de dirección, que hacía que en el rodaje no se perdiera esa óptica, y en la postproducción con Delfina (Castagnino), la encargada del montaje, trabajamos para que esa mirada, ese punto de vista de María, se mantuviera a lo largo de la película.

La película está protagonizada por actores naturales justamente afectados por el conflicto armado. ¿Por qué elegiste trabajar con ellos y cómo fue el proceso de preparación para asumir sus roles?

Los niños que actuaron en la película fueron seleccionados después de hacer un extenso casting en zonas con alto índice de violencia, por lo tanto estos niños tenían en su esencia y naturaleza algo que yo tenía que cuidar para que no se perdiera en la mezcla con actores reales. Para mí era muy importante que ellos pudiesen entender y sentir su personaje, y no que lo aprendieran de memoria. De esta manera nunca les di un guion, porque entendí que la oralidad les permitía a ellos aportar a los personajes de manera genuina; la historia se volvía como un cuento. Ensayamos casi toda la película de esta manera, contándoles las escenas para que después de cada ensayo ellos las escribieran con sus propias palabras. Así cada uno reescribió su propio guión. El estar en la mitad de la selva rodeados de paisajes hermosos pero a su vez hostiles, incómodos, que nos obligaban cada día a hacer desplazamientos de una hora y media caminando para llegar al set, donde llevar la alimentación o la hidratación para todo el equipo era un reto no menor, donde durante cinco semanas montamos en todos los medios de transporte tales como lancha, caballo, tractor, pie . Esto nos dio la posibilidad de entrar a todo el equipo en modo guerrillero, ya éramos una tropa, no solo por como nos veíamos sino porque asumíamos las rutinas de la guerra, desplazarse de un punto A un punto B, mientras nos enfrentábamos a las adversidades del camino. Utilizamos esto en pro del realismo que buscábamos.
¿Cambió tu percepción u opinión sobre el conflicto armado luego de acercarte tanto al tema?

Yo creía que era una persona informada, hasta adentrarnos en la investigación y darnos cuenta de ese extraño orden que rodea todo lo relacionado a la guerra, y pues por eso en Rhayuela Cine seguimos con el proyecto de transmedia tratando de no dejar inconclusa la historia.

Como comentas, “Alias María” es más que una película un proyecto transmedia. ¿Por qué se planteó este formato y en qué consiste?

Ya que en la película solo estábamos contando un pequeño fragmento de la violencia, vimos la necesidad de contar parte de todo esto que quedaba por fuera. Así nacen plataformas como el documental “nombre de guerra alias Yineth”, que cuenta su proceso de vida al ser reclutada por las Farc en el fallido proceso de paz de Pastrana y su vida actual ya desmovilizada trabajando para el gobierno en la oficina de desmovilizados, en este nuevo proceso de paz. Otra plataforma son los talleres que se están haciendo en zonas con población en riesgo de reclutamiento. Son talleres de cine, documental, animación y todo lo relacionado con contar historias de manera audiovisual, cuyo resultado son pequeños cortometrajes hechos por los niños en estas zonas golpeadas por el conflicto. Los videos serán implementados en una web para visibilizar esta labor. También desde la enseñanza de oficios tales como la carpintería o escenografía; intentando mostrar que así como se pueden inventar historias, se pueden inventar su propia vida y transformarla.