• LatAm premiere: Federico Luis, director de “Simón de la montaña”

    Luis Fedeerico (Foto: Aurélie Lamachère / Semaine de la Critique).

  • LatAm premiere: Federico Luis, director de “Simón de la montaña”

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LatAm premiere: Federico Luis, director de “Simón de la montaña”

El primer largometraje como solista del argentino Federico Luis se estrenó en el 77° Festival de Cannes, donde ganó el Grand Prix en la Semana de la Crítica.

Federico Luis participó por primera vez en el Festival de Cannes en 2019 con “La siesta”, cortometraje seleccionado en la competencia oficial con el que obtuvo varios reconocimientos internacionales. En 2023, recibe con “En el mismísimo momento” y “Quedate quieto o te amo” el reconocimiento al mejor corto en el IDFA de Ámsterdam y en el Festival de Cine de Mar del Plata, respectivamente.

Mientras tanto, el director filmaba “Simón de la montaña", su primer largometraje como solista tras codirigir “Vidrios" junto a Ignacio Bollini en 2013. El film tiene guion del propio director junto a Tomas Murphy y Agustín Toscano (“Los dueños”, “El motoarrebatador” y “En vos confío”). La película cuenta la historia de Simón, un joven de 21 años que vive en un pueblo en la Patagonia que, mientras lidia con desajustes familiares, busca un lugar donde pueda sentir cierta aceptación y sentido de pertenencia haciéndose pasar por una persona con discapacidad para integrarse en un grupo de jóvenes con diferentes discapacidades. “Simón de la montaña” es una película íntima y provocadora que dispara reflexiones sobre la identidad, la pertenencia y los estereotipos del mundo moderno. Luis trabaja su relato con discreción y eficacia, volcándose a una puesta en escena que, al margen de lo que sugiere el título, se centra en los personajes y no en la montaña en sí, que se presenta más como un subtexto latente durante toda la película.

El filme es una coproducción entre Argentina (20/20), Chile (Planta) y Uruguay (Mother Superior) que tiene a la francesa Luxbox como agente de ventas.

LatAm cinema charló con el director en Cannes tras el estreno de la película y previo a recibir el premio más importante en la Semana de la Crítica.

¿De dónde surge la idea de la película?

Es una película que tiene muchos años y muchas capas, entonces es una respuesta que me cuesta bastante. Creo que cada vez que me hicieron esta pregunta respondí algo distinto. No tuve un proceso racional de hacer, por ejemplo, un plano de arquitectura en el que me dije pongo primero esto y después esto otro, sino que fui escribiendo un guion y conociendo personas, y después tratando de que esas personas volvieran a modificar el guion que yo había escrito, y que ese proceso de mutua afectación entre lo vivo y lo imaginado se integrase cada vez más. Pero hoy creo que, sobre todo, es un intento de viajar hacia la otredad, y un intento de cuestionar las ideas más comunes y corrientes sobre lo que los humanos pueden hacer o no.

Rodaste en un entorno que dialoga con la película, ¿cómo fue este proceso? 

Filmar en la montaña es como estar en la montaña. Se parece mucho a darse cuenta de que uno es una cosa diminuta frente a algo enorme que puede ser la montaña, la tierra, la humanidad. Quería meter a este personaje en una relación de escala de ese tipo, porque siento que era una forma de construir sus rasgos humanos. Siempre pensé esta película en la montaña, y nunca pensaba en cómo iban a ser los planos, solamente pensaba en los personajes. Cuando filmé la película, no hice ningún gran plano abierto de la montaña, salvo alguno al principio. Siempre tuve la necesidad de poner la cámara cerca de los personajes, porque eran más importantes que la montaña. Pero a su vez, la montaña seguía siendo una presencia fantasmal que, estando en segundo plano, le daba más relieve y hasta más contraste a los personajes.

¿Cómo sentís que ha sido recibida la película?

Creo que la película está hecha para traer preguntas sobre la identidad, de las ideas que tenemos sobre lo que es ser “normal”, o sobre lo que deberíamos ser, sobre la libertad que tenemos o no para decidir quiénes somos y sobre la capacidad que tienen los seres humanos para hacer cosas o no hacerlas. Y siento que todas esas preguntas que intenté plantear dentro de la película son las preguntas que las personas que han visto la película se están haciendo.

“A lo que estamos entrando es a una lógica de mercado y capitalismo extremo y lo que está en peligro son las películas que no necesariamente se alinean con el mercado”.

¿El proyecto pasó por algún espacio de industria?

No participó de laboratorios. Tuvo la intención. La mandé en versión proyecto a diferentes lugares pero no tuvo la suerte de que la recibieran. Creo que el tiempo vivido por mí hasta que se pudo hacer la película, hizo que la película fuese cambiando un poco al ritmo que yo fui cambiando en todos esos años y quizás ese fue más el laboratorio en el que estuvo. La película se llamó siempre “Simón de la montaña” y sucedió siempre en la montaña, pero cambió mucho con el tiempo. Incluso fue modificada por las películas que fui haciendo en el medio. Mientras hacía este proyecto, hice muchos cortometrajes, incluyendo uno que no iba a ser un cortometraje, sino un experimento que hice pensando en hacer esta película y que luego se transformó en un cortometraje que se llamó “Cómo ser Pehuén Pedre”, que se estrenó este año en Visions du Réel. Fue un laboratorio mucho más hacia adentro que hacia afuera.

¿Y cómo fue el trabajo con los países coproductores?

Chile fue el primer país que entró en la coproducción porque como íbamos a filmar en la Cordillera de los Andes, Chile estaba dentro de la ecuación. Uruguay apareció más tarde, cuando el productor Ignacio García Cucucovich vio la película en un montaje no final, antes de la postproducción. El sintió que la película lo había conmovido lo suficiente como para conseguir lo que faltase para terminarla.

¿Cómo fue el contacto con la Semana de la Crítica?

Recibí el primer correo de la Semana de la Crítica cuando vieron la película, pero aún sin ser seleccionada. Me dijeron un montón de cosas que me impactaron porque, hasta ese momento, yo no sabía si todas esas ideas que yo creía haber puesto en la película estaban efectivamente ahí o no. Cuando la Semana de la Crítica me envía ese mensaje, me di cuenta de que esta película efectivamente era una película que se había independizado de mí y que, por sí misma, podía decir las cosas que yo quería decir. La forma en la que hablaban de la película era como de poder animarse a entrar en la otredad sin ningún tipo de concesión y tratar de desafiar las ideas más comunes sobre lo que estas personas pueden hacer en las películas y en el mundo real sin entrar en el “sensibilísmo”. 

Con todo lo que está sucediendo con la industria del cine argentino, ¿qué implica el estreno de la película en Cannes?

En la medida en que esta película intenta poner en valor la imperfección y el estado que podría ser pensado como defectuoso del humano, tanto yo como Lorenzo Ferro, el protagonista, hicimos un gran trabajo para tratar de encontrar las zonas de imperfección en nosotros mismos. Y creo que el cine argentino está en una zona de gran imperfección en este momento. En un punto, es una película que tiene una posibilidad de dialogar con el presente del cine argentino. Es muy contradictorio, porque por un lado es una noticia que pareciera ser para festejar y, por el otro, es como una buena noticia en un velorio, entonces no deja de ser triste.

Yo creo que también hay que intentar profundizar y complejizar la idea de cuál es el cine argentino que está en peligro. Porque el cine argentino también incluye las producciones de las grandes plataformas de entretenimiento con superestrellas que seguramente va  a seguir existiendo. A lo que estamos entrando es a una lógica de mercado y capitalismo extremo, y lo que está en peligro son las películas que no necesariamente se alinean con el mercado, que intentan proponer un punto de vista distinto. Eso es lo que más me preocupa, sentir que lo que está en peligro es lo más valioso, que es tener ese punto de vista distinto. Hay que pensar en el futuro del cine argentino en términos de las voces futuras, yo pienso todo el tiempo que esta fue una de las últimas películas producidas con el INCAA funcionando. Y yo hice un camino larguísimo que coincidió que justo terminó antes de estos eventos. Pero probablemente hay películas que venían haciendo ese mismo camino pero no llegaron a ser filmadas.