Leo Matchett y Michael Musante, cofundadores de Decentralized Pictures

Decentralized Pictures (DCP) es una organización sin ánimo de lucro creada en 2021 por American Zoetrope (AZ), la compañía de cine independiente fundada por Francis Ford Coppola y George Lucas en 1969, que ahora dirigen Roman, Sofia y Gia Coppola.

Creada con el objetivo de apoyar el cine independiente y proporcionar recursos financieros a cineastas de las comunidades más desfavorecidas, DCP brinda a sus usuarios, a través de la tecnología blockchain, la posibilidad de votar y opinar sobre los proyectos que se presentan en busca de financiación, y así ganar créditos FILM, la divisa digital que a su vez les sirve de moneda de cambio para presentar sus propios proyectos y hacer consultas a la comunidad. 

Por lo tanto, son los propios usuarios de la comunidad (integrada por profesionales del sector, pero también por amantes del cine) los que revisan y puntúan los proyectos, determinando el ganador o ganadores de cada premio. De esta manera, el uso créditos FILM promueve la participación descentralizada y, junto con el crowdsourcing de opiniones, generan una alternativa al sistema tradicional que define la industria cinematográfica actual.

Leo Matchett ha trabajado en el desarrollo de aplicaciones para teléfonos inteligentes, incluyendo el desarrollo de Artemis Director's Viewfinder, y Techscout Touch para Android e IOS. Desde los inicios de su carrera, Matchett se ha dedicado a buscar formas de llevar la tecnología blockchain, su auditabilidad y su eficiencia al mundo de la producción cinematográfica. Michael Musante es vicepresidente de producción y adquisición de películas en American Zoetrope. Matchet y Musante son los fundadores de DCP junto al productor y director Roman Coppola. 

¿Cómo nació DCP?

MM: Partimos de una idea que ya había tenido mucha gente: utilizar la tecnología blockchain para democratizar la propiedad de las cosas, crear tokens de inversión en películas y que mucha gente invirtiera en cantidades muy pequeñas. Pero cuando empezamos a adentrarnos en el tema, decidimos ir en una dirección muy diferente. Se dio una progresión lógica hacia el uso del blockchain como vehículo de inversión, en lugar de salir y pedirle dinero a la gente para invertir en una película, que es similar al crowdfunding. Muchas plataformas ya lo hacen y hay cierta fatiga en las propuestas de microfinanciación. Así fue como se nos ocurrió la idea de utilizar el blockchain, con sus ventajas de eficiencia y democratización, para hacer un crowdsourcing de opiniones mediante el cual la comunidad opina y participa en los proyectos. La industria del cine está dirigida por personas que toman decisiones de forma centralizada, ejecutivos, financieros, incluso jurados en festivales. Se trata de pequeños grupos de personas, muy a menudo con escasa diversidad, que toman decisiones en función de los recursos y el capital de que disponen, basándose en algunos marcos heredados y en lo que ha funcionado en el pasado. Lo que vimos es que, a través de la democratización del proceso de toma de decisiones, se puede descubrir lo que realmente le gusta al público. Puede ser un contenido nuevo, fresco y original, en particular de cineastas de comunidades subrepresentadas, y podemos utilizar esos datos, esa prueba de que al público le gusta el proyecto, para ayudar a posicionar a esos cineastas dentro de la industria.

¿Creen que DCP modificará la forma en que funciona la industria cinematográfica?

LM: Lógicamente, confiamos en provocar un cambio importante, pero a veces la gente se resiste a los cambios, aunque sean beneficiosos para ellos. Creo que a medida que se vaya conociendo el blockchain, se irá adoptando cada vez más, y estoy convencido de que tiene el potencial de cambiar la industria. Seguramente, el mayor impacto vendrá por el lado de la eficiencia de estos modelos de comportamiento en base a incentivos y la transparencia que ofrecen dentro de los sistemas contables. Hay un gran valor en que la gente pueda acceder a las finanzas de la distribución de una película. Y eso es solo la punta del iceberg. La metodología que utilizamos para decidir qué artistas recibirán nuestro apoyo también puede servir para tomar decisiones sobre el reparto de una película o sobre potenciales líneas argumentales que el director quiera consultar con la comunidad, así como para tomar decisiones en la edición, definir si ponemos música o efectos de sonido sobre un montaje o si un afiche de una película es mejor que otro. Hoy en día, este tipo de decisiones creativas se toman en el vacío. Claro que hay proyecciones de prueba de mercado, y se hacen con mucha regularidad, pero con esta tecnología tendríamos una red mucho más grande que las 100 personas con las que podemos contar en una sala de cine para hacer una proyección de prueba.

¿Cuál es la relación de DCP con las plataformas VoD? ¿También utilizan la información obtenida para facilitar la distribución y la exhibición?

LM: Nos hemos asociado con muchos de los grandes players para que nos ayuden a construir nuestra red. De todas maneras, estamos totalmente decididos a construir lo que a Roman (Coppola) le gusta llamar el estudio virtual, que ya tiene su primer departamento, el de financiación. La idea es sumar todos los demás departamentos que existen en un estudio convencional, pero utilizando la metodología que implementamos en el departamento de financiación, que es la consulta a la comunidad como herramienta para ayudarnos a tomar decisiones. Dicho esto, quiero aclarar que no recopilamos información identificable sobre ninguna de las personas que participan. Cuando alguien vota, sólo consignamos edad, sexo y ubicación, y puede que en algún momento agreguemos etnia. Pongamos el caso hipotético de un concurso en el que dos películas reciben, con diferencia, la mayor cantidad de votos, pero mientras una tiene más gancho entre el público femenino, la otra resuena más entre el público masculino. Entonces podríamos ir a Netflix o a Universal o a quien sea y decir: "¿Están buscando una película que se dirija a este grupo demográfico? Estos datos demuestran que esta película resuena con este público". Además, los cineastas que no ganan el concurso igual obtienen información valiosa sobre qué grupos demográficos se identifican más con su trabajo. Y esto no supone ningún perjuicio para los usuarios que votan porque no almacenamos ninguna información que pueda identificarlos como individuos.