Los comisionados: Jorge Riggen, director de Filma Jalisco
La industria audiovisual de Jalisco tiene largo recorrido que se remonta a “La noche de la iguana”: “Hay un antes y un después porque literalmente vino Hollywood y descubrió Puerto Vallarta”, donde en 1963 se rodó la película, tal como recuerda a LatAm cinema el comisionado fílmico Jorge Riggen. Pero Jalisco siguió haciendo historia fílmica después del emblemático film de John Houston: en 1987 se filmó “Depredador” en Puerto Vallarta; en 2004, la secuencia final de “Kill Bill II”; y en 2019, “Godzilla II: El Rey de los Monstruos”. En todos estos años, 574 locaciones jaliscienses han sido utilizadas en producciones audiovisuales, desde ruinas arqueológicas, entre las que destacan las pirámides redondas de Guachimontones, a edificios patrimoniales del siglo XIX o la biblioteca del Edificio Arroniz, hoy sede de la Secretaría de Cultura jalisciense. En esta última locación se rodaron secuencias de los largometrajes mexicanos “Nada que ver” de Kenya Márquez y “Poderoso Victoria” de Raúl Ramón, así como episodios de las series “Pancho Villa: aquí y allí” para Prime Video y “Serpientes y escaleras” de Manolo Caro, que aún no se estrenó. Sólo en el último año, Filma Jalisco ha concretado 198 producciones audiovisuales. Una de sus apuestas más fuertes son los incentivos económicos a través de un cash rebate que cuenta con una bolsa de unos 5 millones de dólares (unos 100 millones de pesos mexicanos).
¿Cuál es el secreto mejor guardado en Jalisco?
Contestaría que no es ningún secreto y es que Jalisco se está convirtiendo en el Estado más amigable para filmar de todo México.
¿Qué no debe faltar en un fam tour por Jalisco?
Puerto Vallarta es una de las locaciones más emblemáticas; la zona metropolitana de Guadalajara, donde de aquí a diciembre tendremos cinco películas en rodaje; y la zona de Tequila, parte fundamental de la idiosincrasia del mexicano. Nos gusta decir que Jalisco es México porque las cosas consideradas como mexicanas son de Jalisco: la charrería, el mariachi y el tequila. Tampoco pueden faltar la Cineteca del FICG, el Taller del Chucho y el tour gastronómico que hace Guillermo del Toro cada vez que viene a la ciudad: los churros de La bombilla, el mercado de Santa Teresa y la taquería Los Laureles.
“Esta es una ciudad cosmopolita en la que 15 minutos después de pasar por la tienda de Ferrari puedes estar en una ruina arqueológica”.
¿Qué locaciones se han camuflado para ser otras?
Para la serie “La costa de los mosquitos” se recreó la Ciudad de México en Guadalajara y para “Pancho Villa: el centauro del norte” se recreó Zacatecas, Chihuahua y Durango. También se recreó Los Ángeles de los años 30 para una película de Todd Haynes que se rodaría este año en Jalisco, pero lamentablemente el protagonista, Joachim Phoenix, abandonó el proyecto cinco días antes del inicio del rodaje. Ahora tenemos prevista la recreación en Guadalajara para un rodaje de la Lima de la década de los 70. Esta es una ciudad cosmopolita en la que 15 minutos después de pasar por la tienda de Ferrari puedes estar en una ruina arqueológica. Tenemos esa capacidad.
¿Cuál es el principal desafío de un comisionado fílmico?
Profesionalizar los servicios en el Estado. No sólo más los servicios que damos nosotros a las filmaciones: permisos, locaciones, vinculaciones y todo eso, sino todos los servicios turísticos, hotelería, transporte, seguridad, todo, eso debería ser nuestra mayor preocupación. Poder garantizar que el productor se fue contento y que va a querer regresar a filmar porque no hubo incidentes de ningún tipo.