Los coproductores: Andrea Queralt y Mani Mortazavi de 4 a 4 Productions
4 a 4 Productions es una productora parisina enfocada en el cine de autor que participó como coproductora en “Pepe", con el que Nelson Carlo de los Santos Arias ganó el Oso de Plata a la Mejor dirección en la 74° Berlinale. Con producción mayoritaria de la dominicana Monte y Culebra, el film también cuenta con Joe's Vision de Namibia y Pandora Films de Alemania como coproductores minoritarios. Fundada en 1997, la compañía participó como coproductor de filmes como “Lo que arde” del director franco gallego Oliver Laxe -premio del jurado de Un certain Regard en Cannes 2019-, y ahora está produciendo su próxima película, "After", entre otras. LatAm cinema dialogó con Andrea Queralt y Mani Mortazavi sobre las características de las productoras y los fondos franceses, y el rol de 4 a 4 Productions en los proyectos que acompañan.
¿Qué tipo de películas produce y coproduce 4 a 4 Productions? ¿Existen temáticas o estilos que les interesen particularmente
Andrea Queralt (AQ): 4 a 4 es una sociedad con sede en París que existe desde hace más de 25 años. Si bien durante los primeros 20 años ha estado más centrada en el cine francés, en los últimos ocho años nos hemos abierto muchísimo al mercado internacional, entre otras cosas porque tenemos un interés muy marcado por el cine de autor y las propuestas autorales se multiplican cuando abres las fronteras. El hecho de que yo sea española también ha contribuido a que esa conexión con el mundo hispanohablante sea más fuerte. Nuestra línea editorial siempre ha sido priorizar lo que nos gusta y defender los proyectos que cinematográficamente nos parecen mejores. No estamos condicionados a un formato, ficción o documental, o a películas de un cierto presupuesto, sino que estamos siempre tratando de sorprendernos y de amar lo que hacemos. Cada proyecto no sólo trae nuevos retos, sino que también implica que como productores tengamos que inventarnos estrategias nuevas de coproducción, lo que te obliga a interesarte por otros países, por otras maneras de hacer cine, por ponerte en el lugar del otro y viajar con las películas, no solo físicamente sino también en el modo de concebir la fabricación de películas.
¿Cómo encuentran las películas con las que deciden colaborar y en qué momento de su recorrido se suman a los proyectos?
Mani Mortazavi (MM): Desde el principio, desde el guion si es posible. La diferencia con las producciones francesas es que cuando estamos coproduciendo en forma minoritaria, la mayoría de las veces nos encontramos con un guion muy avanzado. Este es el lado negativo, el positivo es que, cuando llegan a nosotros, ya pasaron por muchos filtros, como festivales o mercados de coproducción, así que los proyectos están muy bien desarrollados y son interesantes. Por ejemplo cuando “Pepe” llegó a nosotros, el guion ya era maravilloso.
AQ: Nos gusta involucrarnos mucho artísticamente creando un vínculo fuerte con el director o directora, y ese tándem productor-director se genera al inicio. El problema es que el sistema francés de financiación de coproducciones minoritarias no favorece que esa relación se genere desde el comienzo. Lo que te ofrece es añadirte cuando la peli ya está desarrollada y ahí aplicar los fondos. Sería mucho mejor si pudiéramos financiar coproducciones minoritarias desde el comienzo y colaborar como se puede hacer en proyectos franceses, porque podríamos trabajar como nos gusta.
El director de “Pepe”, Nelson Carlo de los Santos Arias, expresó en una entrevista con LatAm cinema cierto descontento con la coproducción francesa, ¿cuáles son los desafíos de tener un coproductor francés para una producción latinoamericana y cuáles las ventajas?
AQ: Creo que existe, no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, una imagen que se ha generado del cine francés como industria con una solidez y una economía potente para la coproducción. Eso produce la ilusión de que si encuentras un coproductor francés, te va a ir muy bien y enseguida te van a mandar plata y habrá un final feliz para todos. La realidad es otra. Es extremadamente competitivo obtener ayudas acá, todo el mundo desea los mismos fondos, que son muy pocos, entonces la competencia es feroz. Y si tienes la suerte de obtener alguna de estas ayudas, éstas tienen sus propios reglamentos y exigencias. Tú hablas con productores de todo el mundo y ya saben que el dinero se tiene que gastar en el país local, ya se sabe cuál es la letra pequeña. En cambio, no sé por qué razón, de Francia uno se espera que le manden un cheque en blanco, coproducir con Francia es como ganar la lotería. Bueno, es ganar la lotería artísticamente, pero no hay que olvidar que eso conlleva compromisos con las instituciones y hay que abrir la comunicación con los coproductores para que no se generen frustraciones.
MM: Hace tres días estábamos con Nelson en el sur de Francia compartiendo su premiere en Marsella, así que estamos bien, somos amigos, todavía trabajamos juntos, hablamos del filme y de su futuro, no hay problema entre él y nosotros. El sistema francés es uno de los más flexibles del continente, uno de los que tienen reglamentos menos rígidos. Cuando coprodujimos “Pepe”, hace dos años, enviamos el 25% del dinero que obtuvimos de un subsidio directamente a República Dominicana, no se tuvo que invertir aquí en Francia. Ahora eso ya no se puede hacer, modificaron las reglas. Si uno coproduce con Alemania, Italia, España, Suecia, ellos te ofrecen ayudas de coproducción, pero para que las inviertas en su país, para que uses empresas locales en la postproducción de color o para alquilar equipos, para que contrates técnicos locales. Es como dice Andrea, los fondos tienen requisitos. Aquí, en Francia, la principal organización que financia es el Centre National du Cinéma (CNC). En el caso de “Pepe”, recibió fondos de Francia y Alemania sin obligación de inversión específica porque hace dos años el CNC abrió una ayuda especial llamada ACP, African Caribbean and Pacific States, entonces, si recibes un fondo de Francia, automáticamente se te puede agregar el ACP. También obtuvieron el World Cinema Fund a través de un productor alemán que además trajo otro fondo ACP, entonces el proyecto recibió una ayuda tamaño XXL sin ningún tipo de requisito en términos de inversión. Me resulta curioso que Nelson se queje, porque nuestras oportunidades de financiación del proyecto fueron excepcionales. La única inversión destinada a gastos en Francia, del 50% en su momento y actualmente del 75%, fue el Aide Aux Cinémas du Monde, un fondo muy famoso porque ha contribuido en las últimas décadas al financiamiento de películas premiadas en Cannes, Venecia, Berlín, los Oscars, etcétera. Así que con “Pepe” fuimos muy afortunados, era el momento oportuno para coproducirla junto a Francia y Alemania.
Lo principal en la coproducción es que al proyecto le sirva, pero lo que pasa es que estamos atrapados entre la espada y la pared, entre los reglamentos de los fondos y las necesidades artísticas o financieras del proyecto.
AQ: Quiero aclarar algo respecto al ACP. Tuve la suerte de acompañar el estreno de “Pepe” en Cartagena, Colombia. Es una película rodada en Colombia que habla de un tema colombiano, la gente la identifica como película colombiana. Pero Colombia no está en la estructura de coproducción y eso es algo que para Monte y Culebra, los productores mayoritarios, hubiera sido importante. El problema, volviendo al asunto de leer la letra pequeña de las ayudas, era que estas condiciones tan óptimas para la producción de “Pepe” en las que había dos fondos ACP derivaba en que, si queríamos añadir un nuevo coproductor de Colombia, un país no ACP, necesitábamos un país ACP más. Es decir: tiene que haber la misma cantidad de países no ACP y países ACP. Entonces nos quedamos en estos cuatro países y esta quinta pata colombiana de alguna manera está en el corazón y la identidad de la película, pero no económicamente.
¿Han coproducido otras películas con Latinoamérica?
AQ: Sí: “Matadero” de Santiago Fillol, junto a Argentina y España. Hemos intentado otras coproducciones, pero no nos salieron las ayudas. Es muy importante detectar, sin descalificar en absoluto al proyecto, qué proyectos tiene sentido presentar al CNC y cuáles sientes que van a ser un trabajo en vano porque no se corresponden con lo que el CNC quiere financiar, o con la idea que el CNC tiene del “cine del mundo”. Eso es algo que me llevó un tiempo entender, porque empecé a producir de una manera romántica que espero no haber perdido, pero daba por sentado que todo podía tener su lugar y ser financiado por Francia. Pones mucho de tu parte porque crees que, aunque sea difícil, lo vas a conseguir, y puede ser muy frustrante. En el caso de “Pepe”, el guion era brillante desde que lo recibimos y no hubo un solo comentario negativo, fue increíble la recepción en el CNC. Era un guion muy singular pero logró encajar, así que puedes tener sorpresas muy gratas aun cuando propones proyectos que salen de toda norma. Nosotros tenemos esperanza de seguir encontrando proyectos así y, cuando no sean lo que el CNC busca, acompañarlos desde otro lugar.
¿Están buscando nuevos proyectos? ¿de qué tipo?
AQ: Que los proyectos provengan de un o una cineasta que tenga un universo propio, donde haya una necesidad, que tengan fuerza, es lo que más nos interesa. Respecto a los territorios no hay límites, de la misma manera que no nos ponemos límites en cuanto a los formatos ni la duración de las películas, aunque tendimos a financiar largos. No tenemos una predilección por un país o una región en concreto, tenemos todos los radares activados y venga de donde venga, pues ahí estaremos.
MM: Lo principal en la coproducción es que al proyecto le sirva, pero lo que pasa es que estamos atrapados entre la espada y la pared, entre los reglamentos de los fondos y las necesidades artísticas o financieras del proyecto.
AQ: Y el amor por el filme, porque también como productor quieres dar lo mejor. Siempre luchamos con el dinero, para encontrar la mejor manera de cumplir las necesidades y encontrar la libertad para que el filme sea hecho en las mejores condiciones.
MM: Cualquiera que mire nuestro line-up, entiende inmediatamente que no buscamos producir o coproducir filmes por razones financieras o comerciales. Cuando ves “Pepe”, sería muy estúpido pensar que va a ser un éxito de taquilla. Nosotros simplemente nos enamoramos del guion. Cuando Nelson vino a París, le dije que era uno de los mejores guiones que había leído en mi vida. Entonces, ¿qué proyectos buscamos? Proyecto singulares, algo que esté muy fuera del camino, que nos haga estremecer, que nos abra la mente. Ese tipo de proyectos, que son muy difíciles de encontrar. Sería un castigo para mí si mañana golpeara a mi puerta el diablo y me dijera que sólo puedo producir películas francesas. Sería el final de mi vida, el final de mis deseos, porque la mayoría de ellas son mediocres. Trabajar con Nelson y con tantos otros directores es una alegría y una oportunidad, porque es una ventana a otras vidas y a otras formas de pensar.