• Nuevos talentos LatAm: Alexandra Latishev

    Liliana Biamonte protagoniza “Irene”.

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    Alexandra Latishev

Nuevos talentos LatAm: Alexandra Latishev

Alexandra Latishev porta un nombre tan ruso como su padre pero es costarricense como su madre. Formada en la Escuela de Cine de la Universidad Véritas, su cortometraje de egreso “Irene” rápidamente la convirtió en uno de los talentos emergentes del cine centroamericano. Tuvo un recorrido de dos años por diferentes festivales internacionales, entre ellos, Clermont Ferrand, La Habana, Kinoforum, Toulouse e Ícaro. A los 28 años, se prepara para rodar desde febrero su ópera prima, “Medea”, que ya ha generado su propio camino participando en diferentes laboratorios y fichando a Paz Fábrega como productora. Nuevamente, la mujer, la sexualidad y los condicionamientos sociales vuelven a ser temas centrales.

Con Latishev, inauguramos nuestra sección Nuevos talentos LatAm, la cual tiene como premisa dar a conocer los valores emergentes del cine latinoamericano. A jóvenes que exponen su experiencia incipiente pero valiosa para forjarse un camino en la industria audiovisual, descubriendo inquietudes, dificultades pero sobre todo una voz propia. Además de dialogar con la realizadora, exhibiremos durante un mes el cortometraje “Irene”, al que se puede acceder en nuestro canal de video.

Este mes estaremos mostrando en LatAm cinema tu cortometraje “Irene”, que explora temas como el deseo femenino, la soledad y los valores morales. ¿Cómo surgió aquella historia y sobre qué te interesaba reflexionar?

Sobre el manejo del placer. Siempre quería saber de dónde nace esta barrera mental que no les permite a ciertas mujeres manejar su propio placer, socialmente se maneja un concepto del placer muy masculino y condicionado por el otro. Puesto que no conciben el mundo sin otro por el pánico que les causa enfrentarse a ellas mismas, ya que actuar a favor del placer es priorizar sus deseos, los cuales no conocen muy bien.

El corto fue tu tesis de egreso, ¿qué riesgos te interesaba tomar?

Era un cortometraje muy personal con un abordaje muy íntimo del personaje y su situación, el mayor riesgo creo que era justamente “abordar esa intimidad“ con respeto y con una mirada lo más honesta posible.

¿Consideras que se ejerce una mirada femenina sobre la sexualidad?

No sé si femenina exactamente, es mi mirada y esa mirada sí estuvo inevitablemente condicionada por mi situación de género y mis vivencias personales y de mi generación.

“Irene” participó de varios festivales internacionales y fue de alguna manera tu inserción como directora en el mundo profesional y la industria del cine. ¿Qué aprendizaje te dejó el camino recorrido?

Pues fue justamente una “inserción“, creo que el aprendizaje sería que el recorrido está empezando y siento que sigue un camino muy largo aún por recorrer, hacer cine es un ejercicio, y como todo ejercicio requiere disciplina y mucho trabajo.

Actualmente estás desarrollando tu ópera prima “Medea”, ¿qué puedes adelantar sobre este film que se describe como un thriller psicológico?

Pues “Medea” cuenta la historia de María José, una chica de 25 años que juega rugby y vive con sus padres. Lleva una vida intensa, vive una sexualidad sin muchas restricciones y busca constantemente probar los límites de los demás y de sí misma. Un día, conoce a Javier, un chico que le encanta y con quien intenta tener una relación con todas las convenciones de la gente de su edad. Pero un acontecimiento repentino genera en María José un cambio radical en su comportamiento.

Hacer cine es un ejercicio, y como todo ejercicio requiere disciplina y mucho trabajo.

La protagonista de esta historia es una jugadora de rugby, un deporte poco ligado a lo femenino. ¿Hay un cuestionamiento de la representación de lo femenino?

Hay varios acontecimientos y acciones dentro del personaje que tienen ese fin, cuestionarse todo el abordaje que hacemos de lo femenino desde el cuerpo. El personaje de Maria José no es sólo una persona, es una metáfora de la desconexión que sentimos las mujeres con nuestro propio cuerpo porque se ha vuelto nuestro enemigo, en ocasiones ese “otro” conflictivo puede habitar dentro de nosotros mismos y hacernos sentir que ocupamos un cuerpo que nos resulta ajeno.

El proyecto ha participado de diferentes laboratorios y espacios de desarrollo. ¿Para qué te sirvió?

Para tener diferentes puntos de vista y conocer gente interesante que hace películas interesantes en otros puntos de Latinoamérica.

¿Cuál te resultó más significativo?

Creo que el Australab y el Cinergialab. Australab fue provechoso puesto que los tutores eran un poco más inquisidores, sus cuestionamientos eran fuertes y sólidos. El Cinergialab me dió el tiempo y el espacio ideal para poder trabajar en el proyecto aislándome del flujo de la cotidianidad que no te permite tener ese espacio.

En la producción del proyecto está la directora Paz Fábrega, ¿por qué decidiste trabajar con ella?

Hemos tenido la oportunidad de trabajar juntas en otras ocasiones y ha sido muy ameno. Además Paz inició un proceso de asesoría de guion donde se involucró más con el proyecto y posteriormente me ofreció entrar como productora de la película.

¿Cómo han armado la estructura de financiación del proyecto?

Hay pocas fuentes de financiamiento en Costa Rica, hemos recibido apoyo de un fondo nacional llamado Proartes y Cinergia. Ahora estamos aplicando a un nuevo fondo costarricense y esperando resultados para iniciar la producción.

¿Cuáles son las mayores dificultades que encontraste para hacer cine en Costa Rica?

Hay pocas fuentes de financiamiento principalmente. Además hay poco público para consumir un cine “diferente“, la mayoría de gente espera (incluso muchos que se dedican al cine), que para que las películas sean “de calidad“ se parezcan a las películas “mainstream“ que consumen constantemente en el cine, porque realmente tienen poco contacto con otro tipo de cine.

 

Video:  “Irene” de Alexandra Latishev