• Raciel del Toro, director general del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica

Raciel del Toro, director general del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica

Raciel del Toro Hernández asumió en julio de 2020 la dirección general del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, institución estatal encargada de fomentar y desarrollar el cine en el país. Este mes de mayo, si bien hubo un cambio de gobierno, fue confirmada su continuidad en el cargo hasta 2026. Del Toro fue director artístico del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) entre 2017 y 2019, y coordinador de formación e industria en la cuarta y quinta edición del certamen. LatAm cinema dialogó con él sobre el presente y el futuro del cine costarricense, y los desafíos que enfrenta el Centro de Cine en esta nueva gestión. 

¿Cuáles son los logros más relevantes en estos dos años que llevas como director del Centro de Cine y en qué aspectos es necesario seguir trabajando?

Yo entré a mitad de la administración pasada, por lo tanto uno de los principales logros es haber conformado un equipo. Otro logro fue la renovación del Fondo de Fomento “El Fauno”. Entre otras cosas, era un fondo que no estaba premiando suficientes cineastas mujeres, cuando fueron ellas las que pusieron en alto el nombre de Costa Rica en la industria, por lo tanto era importante que, como parte de esa renovación, se garantizara una paridad de género, no solo para directoras sino también para jefas de departamentos. Actualmente, no sólo el fondo, sino también el CRFIC e incluso el proyecto preámbulo de la Cinemateca Nacional garantizan la paridad de género en lo relativo a fomento y visibilización. Sin embargo hay que seguir trabajando en otros aspectos, porque el audiovisual sigue siendo un medio muy patriarcal, muy violento en ocasiones, por lo tanto también es importante comenzar a regular el trabajo diario, por ejemplo en lo que respecta a acoso laboral y sexual. Otra de las causas pendientes del sector era generar mecanismos que crearan instrumentos fiscales para atraer inversión fílmica en el país.

¿En qué aspectos Costa Rica se beneficia de las inversiones extranjeras?

Atraer inversiones fílmicas genera empleo en el sector, sobre todo a nivel técnico, y también  genera experiencia e intercambio con las personas que vienen a realizar producciones audiovisuales. A su vez, entra capital foráneo, y de ese capital hay un porcentaje que va a financiar el fondo de fomento nacional. A eso se suma todo lo que implica el encadenamiento productivo, sobre todo en zonas rurales, que necesitan reactivarse económicamente, y el cine y el audiovisual pueden ser un factor determinante en ese sentido. Es por eso que trabajamos muy de cerca con la Comisión Fílmica, incluso se creó una Film Friendly Zone para trabajar con temas de capacitación sobre cómo funciona la industria audiovisual, sobre todo para las personas que brindan servicios básicos como transporte y alimentación.

¿Por qué una empresa extranjera debería elegir Costa Rica?

En comparación con otros países de la región, los beneficios fiscales no son altos. Sin embargo, el tiempo de retribución es de 60 días, mucho más beneficioso que en otros países donde puede durar hasta un año. Además, Costa Rica tiene 18 centros de altos estudios que imparten carreras audiovisuales, hay mucha capacidad instalada y mucha dedicación a lo audiovisual. En comparación con la región también ofrece mayor seguridad, y a eso se suma la diversidad de locaciones en muy poco tiempo. El país posee muchos microclimas entonces se ahorra en términos logísticos de transporte, ya que en un solo día se puede ir del Caribe al Pacífico, pasando por montañas y selvas.

Otro aspecto de este proyecto de internacionalización es la búsqueda de acuerdos de coproducción con diferentes países, ¿en qué están esas tratativas? 

Esa era otra cuestión pendiente. El mundo, y sobre todo Latinoamérica, funciona a través de coproducciones. Son cada vez menos las películas que se pueden realizar solo con fondos de un país, así que era necesario generar acuerdos de coproducción con países interesados. En este momento hay uno muy avanzado con Chile, que solo se ha atrasado por el cambio de administración, ya que estaban incluso realizadas las asesorías jurídicas. Hay uno con Canadá, que se presentó por primera vez hace tres años y había generado interés, pero ellos estaban negociando un acuerdo de coproducción con China en ese momento. Ahora se presentó de nuevo y en estos momentos está en análisis del Ministerio de Heritage canadiense. La tercera intención fue con Corea del Sur: a partir de una visita del presidente y el canciller a Corea se presentó la intención de generar un acuerdo de coproducción que actualmente está siendo analizado por la contraparte coreana.  Esos son los tres con los que se ha avanzado en términos diplomáticos, aunque también ha habido intentos con Colombia, con Uruguay, incluso uno tripartito Uruguay-Francia-Costa Rica que no sucedió, pero es nuestra intención intentar generar la mayor cantidad de acuerdos posibles para beneficio no solo del sector, sino de las personas de esos países que vienen a filmar acá.

El Fauno funciona prácticamente como un fondo de capital semilla. 'Ceniza negra', 'Clara sola', 'El despertar de las hormigas' y 'Domingo y la niebla' son algunas de las películas apoyadas por este fondo.

¿Existen acuerdos anteriores con otros países?

No, Chile sería el primero. La pandemia provocó que el sector se agrupara y se organizara. Somos una industria que está creciendo poquito a poco y no tenemos ningún acuerdo con ningún país, entonces nos dedicamos a buscar interesados, sobre que ya tuvieran coproducciones exitosas con Costa Rica, y Chile ya tenía el caso de “Medea” de Alexandra Latishev.

¿El Fauno prevé tener en cuenta las crecientes coproducciones, por ejemplo incorporando un fondo para coproducción minoritaria? 

Nuestro Fondo de Fomento es muy reciente, de 2015, y se actualizó en 2021. Por el momento, cuenta con una única línea que es la de producción. Ni siquiera está dividido en desarrollo, producción y postproducción; de hecho desarrollo y postproducción son apoyados por el CRFIC a través de su sección de industria. En Costa Rica, los fondos son todavía muy pequeños, apenas el 0,3% del presupuesto nacional va dirigido al Ministerio de Cultura. A eso se suma la crisis fiscal, la pandemia… en este momento, el Centro de Cine tiene dos tercios menos del presupuesto que tenía hace cinco años. Estamos intentando primero cimentar la producción para luego intentar, cuando haya más recursos, dividir e incluso incluir también apoyos a la distribución, que es una tarea pendiente no solo en Costa Rica sino a nivel latinoamericano. 

Teniendo en cuenta que este fondo es tan joven y limitado, sorprende aun más el momento actual del cine costarricense, con obras seleccionadas y premiadas en grandes festivales internacionales, ¿cuál crees que es la causa de este éxito?

El Fauno funciona prácticamente como un fondo de capital semilla. Todas estas películas de éxito internacional fueron apoyadas por El Fauno: “Ceniza negra”, “Clara sola”, “El despertar de las hormigas” que fue la primera película tica nominada a un Goya, ahora “Domingo y la niebla”, primera película en la Competencia Oficial de Cannes. Y no es sólo plata que recibe, sino todo el apoyo del Centro de Cine. “Domingo y la niebla” hizo toda su preproducción aquí: castings, talleres de actuación, ensayos. Los cineastas también tiene mucho crédito, porque el apoyo institucional no basta; sin esas ganas de hacer cine de los costarricenses, no existiría ese éxito. Y creo que también es producto de toda esta generación del siglo XXI que se han venido formando en las escuelas de Costa Rica, o en Cuba, o que se han ido a estudiar a Argentina o México y han regresado, que han visto cómo funciona la industria en otros países y han vuelto para intentar contar sus propias historias.

¿Crees que de acá a futuro seguirá ese crecimiento o surgirán nuevos desafíos?

Siempre hay desafíos. El principal es el financiero, pero creo que también es un contexto en el que el cine costarricense puede crecer. Hay crisis fiscal pero esperemos ver resultados pronto de la Ley de atracción de inversiones fílmicas. Antes de la ley había proyectos que se filmaban aquí y que dejaban recursos, pero el cine nacional no se beneficiaba de eso. Esperemos que El Fauno pueda beneficiarse de esos recursos el próximo año y que eso influya no solo en la cantidad, sino también en la calidad y en la diversidad. El subsector de animación digital también ha crecido muchísimo, brinda muchos servicios, pero es hora de que además empiece a generar propiedad intelectual, que es lo que el sector quiere. 

¿Cuáles son tus principales objetivos en esta nueva administración?

El avance de la Cinemateca; que finalmente, en este cuarto intento, se establezca la Ley de cine; y garantizar la supervivencia del CRFIC. Es un festival que cada vez tiene menos recursos y sin embargo ha ido creciendo mucho en cuanto a visibilización y relación con otros entes, por ejemplo el Festival de Locarno, donde ahora hay tres costarricenses en Open Doors Locarno.  Costa Rica es, por primera vez, país invitado al Festival de Málaga, todo eso es generado por el networking del CRFIC, por lo cual es importante garantizar su supervivencia y que a través de esa plataforma se fomente no sólo la formación de audiencias más allá de San José, sino de personas de otras zonas del país interesadas en hacer cine y en contar las historias de esas zonas desde allí, no desde acá. También es importante que El Fauno crezca y, finalmente, una prioridad nuestra es seguir apostando por crear espacios de fomento y visibilización para las cineastas mujeres. Creo que ya dimos varios pasos importantes, pero es fundamental seguir trabajando para crear espacios seguros en las filmaciones. Institucionalmente tenemos que dar el ejemplo para que los proyectos enteramente privados tengan una referencia sobre cómo hacer las cosas, y sobre cuáles serían buenas prácticas que generen no sólo espacios seguros sino productos de calidad a partir de un buen clima laboral.