Steve Solot, presidente de LATC y consultor para Latinoamérica del American Film Market

Desde su creación, tres décadas atrás, el American Film Market (AFM) se ha erigido como uno de los mercados de referencia para el cine independiente de todo el mundo. Cada año, unos 8.000 profesionales de la industria participan en este evento que, a partir de su próxima edición, buscará estrechar lazos con la industria latinoamericana para convertirse en su principal puerta de entrada a los Estados Unidos para ampliar la participación de profesionales latinoamericanos en el mercado e impulsar la circulación de sus películas a nivel internacional. La organización del evento, the Independent Film & Television Alliance, ha firmado un acuerdo de cooperación con Latin American Training Center (LATC), el centro de capacitación con sede en Río de Janeiro que ofrecerá distintos tipo de apoyos para los latinoamericanos interesados en participar en el evento (Santa Monica, California, 6 al 13 de noviembre). LatAm cinema habló con el presidente de LATC, Steve Solot, sobre las nuevas oportunidades de distribución que se abren para el cine latinoamericanocon esta alianza.

¿Cómo surge el acuerdo entre AFM y el LATC?
LATC tiene desde hace cinco años un acuerdo con la Independent Film & Television Alliance, organizadora del AFM. Uno de los aspectos de este acuerdo es precisamente acercar a los profesionales de cine latinoamericanos al mercado estadounidense. Por eso, ante el desconocimiento que hay en el mercado sobre el evento y su potencial dentro de Latinoamérica, hemos acordado ofrecer apoyo y descuentos a través de LATC a los interesados en participar en la próxima edición del evento. La presencia de Latinoamérica en el AFM nunca ha sido masiva, tal como se desprende de las estadísticas. Sin embargo, hay mucho contenido audiovisual intentando salir de la región, una región que no lo puede absorber sola, así que consideramos que el AFM es una oportunidad que puede dar muy buenos resultados para los profesionales latinoamericanos, que encontrarán un marco apropiado para hacer buenos negocios.

¿Por qué el evento brinda especial atención a los participantes latinoamericanos en este momento?
El mercado internacional, en general, y el estadounidense, en particular, han mostrado mucho interés en todo lo que está ocurriendo en Latinoamérica. Sobre todo, en países como Brasil, cuyos números del sector audiovisual son cada vez más favorables para realizar inversiones y negocios en general. Vivimos hace uno o dos años un boom latinoamericano en términos de taquilla, público y estímulos fiscales y fondos disponibles para la producción independiente. En el caso de Brasil, por supuesto que mega eventos como el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos de Río atraen las miradas de todos hacia el país. Pero es un movimiento más amplio e, históricamente, se trata de una novedad, que se dio por una convergencia de factores. Hay que aprovechar ese momento.

¿Cuál es la importancia del AFM mundialmente hoy, comparándolo, por ejemplo, con mercados de cine destacados, como el Marché du Film de Cannes?
Es importante resaltar que el AFM es un mercado, no un festival. Allá se concretan negocios y todo el espacio, la programación y los encuentros están pensados desde el mundo de los negocios. El resto de mercados están vinculados a festivales, como el mismo Marché du Film, y eso no siempre ayuda a crear el mejor ambiente para quienes buscan invertir en proyectos u ofrecer contenido. Los festivales atraen al público y a la prensa, mientras que el AFM apunta a la compra y venta de contenidos, de servicios de producción, promoción de comisiones fílmicas etc. Anualmente se cierran acuerdos por más de 800 millones de dólares y es, además, el único gran evento internacional que tiene lugar en el segundo semestre.

¿Cómo está organizado el AFM y qué posibilidades ofrece a los interesados en participar?
El AFM se celebra en dos hoteles de Santa Mónica, California, muy cercanos el uno del otro. Cada espacio está concebido para ofrecer ambientes diferentes, pensando en quienes son distribuidores, interesados en la compra, y quienes quieren exhibir, o sea, que están allá para vender sus contenidos. Las empresas interesadas deben analizar las opciones de espacios disponibles, y en eso podemos ofrecer orientación en LATC. Son ocho días de programación, que incluye cerca de 400 proyecciones en las que destacadas productoras y distribuidoras internacionales anunciarán sus principales novedades para el próximo año. Para los profesionales que quieren inscribirse individualmente, hay también un ciclo de conferencias “What’s next”, en el que se discutirán temas de financiación, producción, marketing y distribución de películas.

¿Cómo ves la circulación del cine latinoamericano hoy en día?
Muchas veces, es difícil para los latinoamericanos lograr que sus películas se vean en los festivales más disputados, como pasó en la última edición de Cannes. Son espacios reducidos y, además, son cosas que vienen y que van, dependen de muchos factores. Ampliando la discusión para el audiovisual en general, se nota que se produce mucho en Latinoamérica, y, por lo general, los mercados domésticos son insuficientes para pagar esta producción. Aunque exista una demanda creciente, sobre todo en función de las nuevas leyes que estimulan la producción de la televisión por cable. Es necesario que esos productos circulen más, que se muestren. Hay industrias que han comprobado ser muy competentes para producir, como la mexicana, y también muy talentosos, como la chilena, que tiene una producción pequeña que destaca a nivel internacional.

El American Film Market abre nuevas oportunidades para el cine latinoamericano.