Premios Quirino 2024: presencia histórica de directoras en las categorías de largometraje y serie
El 11 de mayo se celebra la séptima edición de los Premios Quirino, los galardones dedicados a reconocer y celebrar la animación iberoamericana. Por primera vez desde su creación, la lista de finalistas en las categorías principales de largometraje y serie es casi paritaria, con mujeres en la dirección de tres obras y de otras dos en codirección.
Este número marca un hito en el histórico de los Premios, cuyas primeras seis ediciones apenas contaron con nueve obras -entre las 46 finalistas en estas dos categorías- dirigidas por mujeres; y en cuyo palmarés apenas hay presencia de directoras. Según la segunda fase del Libro Blanco de la Animación editado en 2023, de 189 títulos, solo el 13,76% están dirigidos por mujeres y un 2,11% están codirigidos por una mujer. “Hasta ahora, la dirección de largometrajes y series de animación por mujeres en Iberoamérica ha sido muy a cuenta gotas, pequeñas joyas. A lo largo de estas siete ediciones, han quedado finalistas obras como ‘El Libro de Lila’ de Marcela Rincón, ‘El Patalarga’ de Mercedes Moreira, ‘Petit’ (1ª y 2ª temporada) de Bernardita Ojeda, ‘Valentina ‘de Chelo Loureiro y ‘Jasmine & Jambo’ de Silvia Cortés, que este año es finalista por la 2ª temporada”, comenta Bea Bartolomé, directora de los Premios Quirino.
Entre los cinco trabajos dirigidos por mujeres, apenas encontramos uno latinoamericano, y si bien no es posible concluir que esto responda a una ralentización en la reducción de la brecha de género en América Latina, sí se puede afirmar que las medidas afirmativas implementadas por el ICAA empiezan a dar sus frutos. Asimismo, la selección está ausente de centralismo, con total presencia de las autonomías: todas las obras españolas son de directoras de Valencia, Catalunya, País Vasco y Galicia, y producidas en las tres primeras, lo que puede dar pistas de la importancia del apoyo a la animación en estas regiones.
Entre los cuatro largometrajes finalistas en esta edición hay dos obras de directoras, ambas españolas y óperas primas, y las dos con miradas feministas que diversifican la animación regional: “Hanna y los monstruos” de Lorena Ares Lago y “El sueño de la Sultana” de Isabel Herguera. El primer trabajo es una producción de Mr. Miyagi Films y Doce Entertainment, que tuvo su estreno en el Festival de Málaga, y está protagonizado por una niña que siente pasión por los monstruos. La cineasta, que alterna su trabajo como docente universitaria con la codirección de los estudios Dr Platypus, había dirigido varios cortos y supervisado equipos y procesos en proyectos como “Las golondrinas de Kabul” o “Tiny toons Looniversity” antes de dar el salto al largo como directora. Justamente, la experiencia es uno de los factores que ella destaca: “Cada vez hay más mujeres que se decantan por esta industria, y las que empezamos hace 25 años, que éramos muchas menos en proporción, hemos acumulado ya suficiente experiencia (...) No me hubiese sentido segura para dirigir si no hubiese participado en todas las producciones en las que he participado, si no entendiese bien los procesos, necesidades y limitaciones que nos ofrece esta técnica y la dinámica de equipo que supone. Estoy segura de que según las nuevas generaciones vayan ganando esta experiencia, tendremos más referentes femeninos”, comenta. La necesidad de seguridad es recurrente en las directoras mujeres, algo que sucede en todos los lenguajes y sectores: los varones no necesitan dar tantos pasos para confiar en sí mismos.
La directora de “Hanna y los monstruos” también considera que un factor que explica este aumento de directoras en la animación es la inclinación de parte de las productoras por contar historias desde otros puntos de vista que abran el espectro de búsqueda, “dando oportunidades a nuevas miradas que nos incluyen”, en parte gracias a las medidas afirmativas implementadas en la política pública. La productora de “El sueño de la Sultana”, Chelo Loureiro, coincide con ella en este punto: “Finalmente, y gracias al trabajo de asociaciones como MIA y CIMA, se ha conseguido implementar medidas de igualdad que posibilitan que las profesionales mujeres lleguen a puestos de dirección y supervisión que hasta hace muy poco les resultaba imposible alcanzar. Y está claro que una vez que se nos permite demostrar el talento, los resultados son espectaculares, ya que siendo todavía minoría en todos los oficios del cine, sí estamos recogiendo nominaciones y premios por encima del porcentaje que suponemos en la industria cinematográfica”, sostiene. “El sueño de la Sultana” es el debut en largo de la cineasta donostiarra Isabel Herguera tras una reconocida trayectoria como autora de animación en corto. Producida por las españolas Abano Producións, El Gatoverde, UniKo y Sultana Films en coproducción con la alemana Fabian&Fed, el filme es una adaptación de una novela de ciencia ficción feminista escrita en 1905 por la bengalí Rokeya Sakhawat Hossain.
Silvia Cortés, directora de la serie “Jasmine & Jambo - Temporada 2” también remarca la importancia de las medidas afirmativas, además del trabajo: “Hace evidente que era una anomalía que las mujeres fuésemos minoría en los premios. Demuestra que no era una cuestión de talento, sino de oportunidades. Los famosos incentivos en la puntuación por género nos han dado oportunidades, es evidente, pero creo que hay mucho más. Las oportunidades también nos las estamos creando nosotras mismas cada día, creyendo en nuestros proyectos, queriéndolos, mimándolos y batallando por ellos”. La directora catalana, autora también de la serie “Misha, la gata violeta” y cofundadora de Teidees Audiovisuals junto a la productora Marta Alonso, destaca la importancia de los Premios a la hora de crear referentes para futuras directoras: “Me gusta mucho pensar que estas imágenes van a ayudar a otras. Que nos van a ver y van pensar: yo también quiero estar ahí, como ellas”.
Por su parte, Paloma Mora, directora de la serie “Sex Symbols” y productora con larga trayectoria en animación desde su compañía TV ON Producciones, subraya la importancia del compromiso de festivales y eventos: “Afortunadamente, la lucha que han hecho las mujeres en el audiovisual va dando resultados, pero no hay que bajar la guardia. Hay que estar atentas y alerta de que esta brecha se vaya anulando, los festivales deben tener ese compromiso de seleccionar obras en las que las mujeres estén presentes”.
Entre los cinco trabajos dirigidos por mujeres, apenas encontramos uno latinoamericano, y si bien no es posible concluir que esto responda a una ralentización en la reducción de la brecha de género en América Latina, sí se puede afirmar que las medidas afirmativas implementadas por el ICAA empiezan a dar sus frutos.
¿Se está acortando la brecha?
La única directora latinoamericana presente en la lista de finalistas es la brasileña Michele Massagli, codirectora de la serie “O Menino Maluquinho”. Massagli celebra la paridad en la lista de finalistas, pero igual es crítica: “Ese porcentaje no se refleja en las oportunidades que encontramos en el mercado. Espero que el énfasis de los Premios Quirino en las profesionales que se identifican como mujeres abra los ojos de los estudios a más talentos femeninos”, afirma. La directora considera que todavía hay mucho por hacer en Brasil: “La brecha de igualdad de género infelizmente solo ha disminuido en pocos estudios que se esfuerzan activamente para eso, colocando mujeres en papeles de dirección y supervisión”. E insiste, en la línea de sus compañeras, en la importancia de las políticas públicas que refuerzan la inclusión: “mientras existan y haya un mayor esfuerzo por parte de los estudios, creo que avanzamos hacia un mundo más igualitario en la animación”.
Loureiro, quien también fue finalista de largo en los Premios en 2022 con “Valentina” - su debut como directora -, encuentra otros pendientes en la animación española: “Estamos alcanzando unos porcentajes mínimos en algunas profesiones, pero falta todavía una directora al frente de un proyecto de alto presupuesto. Tenemos muchas y formidables cortometrajistas, y, poco a poco, va aumentando el número de directoras de largometrajes, pero siempre con presupuestos muy contenidos, lo que significa que tampoco dispondrán de una campaña de marketing que las promocione, y esta es la asignatura pendiente en nuestra cinematografía”. En este sentido se expresa también Bartolomé, quien considera que está habiendo una evolución significativa pero aún queda camino para una paridad en series y largos: “Hablo de estos dos formatos porque es el reto que tenemos, es donde hay industria y donde no solamente hay un porcentaje bajo en la dirección, sino también en la dirección de los distintos departamentos que forman parte de estas obras”, comenta, y apunta una conclusión del Libro Blanco publicado por los Premios en 2023: A medida que el proyecto crece, el porcentaje de mujeres al frente de departamentos baja, con apenas un 12,11% de los departamentos liderados por mujeres en producciones de 101-300 personas.
La productora de “Jasmine & Jambo - Temporada 2”, Marta Alonso, acentúa la importancia de conseguir la paridad en todas las jefaturas de equipo: “la brecha sigue siendo muy alta, no sólo en dirección, también en producción ejecutiva (sobretodo), y otros puestos de responsabilidad”. Si bien está de acuerdo con sus colegas en que las políticas públicas han ayudado a que haya más directoras y productoras, considera que “hay que seguir ayudando desde la industria y hay que seguir dando pasos adelante para que muchas más mujeres adopten roles de jefas de equipo en cualquier área”, señala. El Libro Blanco le da la razón: solo el 22% de las 189 obras presentadas se realizaron con jefaturas paritarias y la participación de mujeres en los equipos apenas alcanzaba el 36%. En este sentido, Mora se refiere a la importancia del compromiso entre mujeres a la hora de construir equipos: “Como directora y productora me siento en ese compromiso y siempre lo tengo en cuenta cuando organizo los equipos de trabajo, que al menos haya un 50% de presencia de mujeres liderando los equipos, tanto creativos como de producción”.
Por su parte, la directora de “Hanna y los monstruos” rescata la sensibilización como camino para seguir acortando la brecha: “Creo que es la mayor labor que se debe hacer y ya se está haciendo, tanto en la docencia como con festivales o eventos que visibilicen el talento. Hoy en día, ya son muchas más las mujeres que se sienten atraídas por esta industria, que estudian y sienten pasión por los muñecos animados. Si desde pequeñas tienen referentes y animamos sus inclinaciones, estoy segura de que llegarán muy alto”.
Si bien en las categorías de corto y corto de escuela este año no hay apenas directoras (solo Paola Cubillos es finalista con “La fuga”), son secciones en las que históricamente han aparecido más mujeres. “Para mí es fundamental que estas jóvenes talentosas con proyectos de serie o largo luchen por hacerlos realidad. Tengo toda la fe en las nuevas generaciones, además de que entre jóvenes y no tan jóvenes nos estemos apoyando y ayudando para romper los miedos en cuanto a liderar un proyecto”, concluye la directora de los Premios, y menciona a algunas de esas directoras emergentes, como la boliviana Matisse González, la colombiana María Cristina Pérez o la brasileña Camila Carter, todas ellas con proyectos de serie o largo en desarrollo.