Desde Ciudad de Panamá, por Cynthia García Calvo Para una cinematografía que entrega obras de forma esporádica, el estreno de una producción nacional es un hecho trascendental. Por ello, no fue de extrañar que uno de los grandes eventos de la primera edición de IFF Panamá fuera el lanzamiento mundial de la película “Ruta de la luna”, opera prima de Juan Sebastián Jácome, producida por los panameños Luis Pacheco e Irina Caballero.
“Ruta de la luna” es una road movie intimista, que centra su atención –y tensión- dentro de un coche donde un padre y un hijo –que tiene la característica añadida de ser albino- intentan tener una relación que nunca existió, mientras se ven forzados a viajar de Costa Rica a Panamá.
“Me interesaba el tema de padre e hijo. Considero que para un hombre es la relación más importante; la relación que a uno lo define más. Me interesaba explorar una relación que no funciona, y ver si es que sólo por el hecho de ser padre e hijo puede ser una relación salvable o no”, cuenta a LatAm Cinema el realizador de 29 años.
De origen ecuatoriano y estudios de cine en Estados Unidos, Jácome comenzó a escribir la historia de “Ruta de la luna” en 2007. Pasó por espacios como Fundación Carolina, Puentes, el BAL y Fundación TyPa, ganando premios de Australab, Global Film Initiative e Ibermedia para desarrollar y producir el film que coproducen AbacaFilms (Ecuador) y Jaguar Films (Panamá).
En ese camino de cinco años hasta llegar a la pantalla grande, los desafíos fueron muchos. Uno de ellos fue encontrar al actor protagonista, Jimmy David Suárez. “Encontrar al actor albino fue un proceso dificilísimo porque no hay muchos que puedan actuar bien. Buscamos en Ecuador, Colombia, Panamá y lo encontramos en Cuba. Empezamos a trabajar un año antes del rodaje. Y a partir de él empezamos a hacer el casting con el resto de las personas, viendo la química con él”, recuerda
El director explica que “el tema del albinismo surgió porque quería llevarlo a los extremos opuestos; por eso el albino en el Caribe con un padre tan caribeño”.
Otra decisión para subrayar el tema central de la película fue despojarse del exterior, obviar los escenarios del viaje: “Siempre tratamos de mantener la película minimalista en todo sentido. Hay la cobertura que debe haber. Tratamos de manejar un minimalismo para no perder de vista ese sólo objetivo”.
Al ser consultado sobre cómo fue rodar en un país con poca experiencia cinematográfica, relata: “Fue durísimo. No existen los esquemas de producción para cine. Sólo se rueda publicidad, que son uno o dos días, que tiene menos limitaciones e incluso menos necesidades técnicas. Fue duro acostumbrar al equipo a ese ritmo, y que no se comenzaran a dispersar después de cierta cantidad de semanas. Y además estaba el calor de Panamá. Ese fue tal vez el reto más grande de la película”.
Con la copia DCP finalizada con el tiempo justo para llegar a IFF Panamá, la película ahora buscará hacer la ruta de festivales y conseguir distribuidor y agente de ventas.