Lima 2017: los dramas andinos “Wiñaypacha” y “Retablo”, grandes sorpresas del festival

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La palabra más escuchada en la 21ª edición del Festival de Lima es en lengua aymara. “Wiñaypacha” (“Eternidad”), el primer largometraje del joven director Óscar Catacora, ha tenido su premier mundial en la sección Hecho en el Perú del certamen con gran acogida por parte de crítica y público.

Con un lenguaje contemplativo más propio del documental, una fotografía cuidada y con algunas dosis de humor, “Wiñaypacha” retrata la cotidianeidad de Willka y Phaxsi, una pareja de ancianos que viven a más de 5 mil metros de altura en un lugar remoto de los Andes. Acompañados de sus animales, ambos anhelan la vuelta de su hijo Antuko, quien migró a la ciudad en busca de oportunidades y nunca regresó.

Se trata del primer largometraje filmado en lengua aymara. El cineasta, autor también del guion, se nutrió de su propio pasado para filmar “Wiñaypacha”. “La película parte de mi identidad, de la nostalgia que vivían mis abuelos, de un dolor propio. Muchos jóvenes que se fueron a la ciudad han dejado de lado sus propias creencias, su modo de vida e incluso han llegado a un punto de marginarlas y menospreciarlas. Como un cineasta crítico he tratado dar a conocer esta problemática que hoy en día se vive”, explicó Catacora a LatAm cinema tras su exhibición.

El filme está protagonizado por dos actores naturales, Rosa Nina y Vicente Catacora. Justamente por su condición de no actores, el equipo trabajó en un arduo proceso de ensayos y la película se ciñó estrictamente al guion, que presenta diálogos “cortos y memorizables”. Además de los dos ancianos, son también protagonistas sus animales, a quienes denominan “hijos”-. “En la cultura andina forman parte de la gran familia. He tratado de mostrar ese espacio con valentía, como es, sin apasionamientos”, afirma el cineasta.

“Éste también es un tributo a mis maestros del cine tanto a nivel internacional, como Ozu; como a esos grandes directores del cine nacional que siempre han estado en una constante valoración de la cultura andina, como los directores de `Kukuli’ o Armando Robles Godoy”, concluye el cineasta, autodidacta de formación, quien ha desarrollado varios cortos y un medio desde sus 17 años, cuando filmó el corto experimental “Imperdonables”.

Producida por Cine Aymara Studios con un presupuesto de 435 mil soles (en torno a 140 mil dólares) y el apoyo de DAFO, la película se filmó en Puno durante cinco semanas. Según informó el productor, Tito Catacora, la película será presentada en salas de Puno, Arequipa, Cusco y Lima; y será doblada al quechua. “Se va a ver en los pueblos altoandinos. Esta es una historia de ellos y necesitan verse en la pantalla. Pasa muchas veces que realizadores, sobre todo de provincia, van a filmar, terminan el rodaje y se olvidan de ellos”, indicó el director.

La película compite por el premio del público junto a los otros cinco largometrajes que integran la categoría paralela Hecho en el Perú.

Además de “Wiñaypacha”, otro drama andino de producción peruana también está teniendo fuerte eco en el certamen. En la Competencia Oficial de Ficción participa “Retablo”, debut en largo de Álvaro Delgado Aparicio (director de los cortos “El acompañante” y “Me puedes ver”) con la producción de Siri Producciones y protagonizada por Magaly Solier, Amiel Cayo y el debutante Junior Bejar.

Con guión de Delgado Aparicio y Héctor Gálvez, la película, filmada en quechua, es una suerte de coming of age protagonizado por Segundo, un adolescente ayacuchano que está aprendiendo con su padre el oficio de retablista. Entre el trabajo y las fiestas patronales, el muchacho descubrirá el mundo adulto y conservador en el que vive a través de la relación de y con sus padres.