CategoríasEl tercer largometraje de Alejandro Fernández Almendras, “Matar a un hombre”, fue el ganador del Carte Blanche del 66° Festival de Cine de Locarno, que otorgó un premio monetario de 10.000 francos suizos (8.000 euros) en concepto de ayuda para la finalización del film. Este año, la sección estuvo consagrada a Chile, país del que se vieron siete largometrajes en etapa de posproducción.
“Matar a un hombre”, producción de Eduardo Villalobos para El remanso cine, narra la historia de un hombre que decide asesinar a un vecino que amenaza a su familia, forzado por la indiferencia de la policía y la presión de su propia familia. Inspirada en un caso real, la premisa de la película es narrar con veracidad lo que significa cargar con el peso de un homicidio.
“Muchas veces las mismas películas educan en la violencia, en la venganza o en la justificación del crimen. Y creo que es algo que no se da naturalmente en el ser humano. Por eso tenía ganas de hacer una película que cuestionara eso”, contó el director en charla con LatAm cinema, precisando: “En la primera parte de la película busco generar una violencia justificada, de acuerdo a los cánones del cine. Y en la segunda parte se trata de desarticular esa idea”.
El film fue presentado en Carte Blanche con un corte que manifiesta sus intenciones pero al que aún le resta mucho trabajo. “Tiene que encontrar su equilibrio. No es una película pareja todavía. No está bien cerrada. En términos de montaje todavía tiene algunas inconsistencias. Por eso tener una opinión de gente que la ve en esta etapa es bueno porque todavía puedes corregir cosas”, confesó el director.
Aún con el film en construcción, consideró que se trata de su mejor trabajo, superior en muchos aspectos a las celebradas “Huacho” y “Sentados frente al fuego”. “Siento que es una película que filmé mucho mejor que las otras dos. Siento que está más madura narrativamente, es más precisa y más jugada porque el propio tema me lo pedía. Es más agresiva visualmente. Hay una incomodidad en toda la película que creo tiene que ver con eso; con el cielo siempre muy grande y los personajes muy pequeños, aplastados. Siento que es una película más pensada, más calculada. Algo funcionó ahí que hace que me guste más que las otras. Creo que hay un aprendizaje. Yo empecé con películas pequeñas y ahora me interesa explorar otras cosas, otros lenguajes. En este caso era el suspenso, la tensión. Quiero hacer una película en la que la gente no se duerma”, explicó.
Mientras finaliza este film, director y productor ya trabajan en otro proyecto, “La indómita luz”, una película de rock a la que Fernández Almendras resume como “la historia de un músico con mucho talento pero mala suerte”, que también participa en Locarno como parte del taller Puentes para productores latinoamericanos y europeos.
Desde Locarno, por Cynthia García Calvo.
