Dominicana es un país privilegiado al momento de producir. Se destaca por los incentivos fiscales para la industria audiovisual, por el mejoramiento y profesionalización de sus técnicos, y por la diversidad de locaciones. Así lo señalaron productores y directores que participaron esta semana en el panel “Desarrollo de la industria cinematográfica dominicana: impacto de las coproducciones República Dominicana-España”, organizado por la embajada del país caribeño en Madrid y realizado en la Casa de América de la misma ciudad.
La legislación específica para el sector ha sido desarrollada en los últimos años y no se habían previsto acuerdos de coproducción bilaterales. Sin embargo, recientemente se ha implementado uno con España que está dando sus frutos, “con la realización de entre cuatro a cinco películas binacionales por año”, según lo señaló la titular de la Dirección General de Cine (DGCine), YvetteMarichal, a LatAm cinema.
Los incentivos fiscales han pasado a ser uno de los principales catalizadores de esta relación. En el caso de las coproducciones con España, las empresas de ambos estados pagan impuestos como si fueran locales, sin importar en cuál de los dos países trabajen. Ello implica que se tributa el 10% en vez del 27%. De esta forma se logró eliminar la doble imposición, “viabilizando muchas de coproducciones” valoró por su parte el productor dominicano Gabriel Tineo (“El rey de La Habana”, “Falling”) durante el panel.
Asimismo, República Dominicana tiene dos herramientas más de ayuda impositivas. Las empresas inversoras en el sector tienen una desgravación del 100%, independientemente de si pertenecen o no a la industria audiovisual. “Esto es insuperable y ayuda mucho a que empresas de otros sectores de la economía aporten a nuestra cultura a través del cine”, subrayó Marichal.
La tercera facilidad consiste en que los productores extranjeros que desarrollan un proyecto en el país, tienen la posibilidad de solicitar una devolución fiscal del 25%, si han hecho una inversión mínima de 500.000 dólares.
Sin embargo, Tineo recordó algunos de los requisitos para presentar coproducciones: hay porcentajes mínimos de jefes de equipo o actores que deben ser dominicanos, y el 51% de la película tiene que estar hablada en castellano.
El panel se completó con la participación de la productora y actriz dominicana Celinés Toribio (“El rey de La Habana”, “Falling”), el director y productor español Gerardo Herrero (“Las siete muertes”, “El secreto de sus ojos”, “El hijo de la novia”) y la directora española Ana Rodríguez Rosell (“Falling”). Los cuatro expositores coincidieron en que la industria audiovisual dominicana tiene una gran capacidad técnica y que sus equipos están muy abiertos al trabajo con extranjeros. “Ahora el desafío del sector ha pasado a ser el mejoramiento de las actuaciones y la diversificación de sus registros”, observó Herrero.
Otra característica de la industria audiovisual dominicana que valora especialmente la DGCine, son los niveles de taquilla alcanzados en los últimos años. Marichal recordó que si bien de las 200 películas estrenadas anualmente sólo 20 son nacionales, éstas representan el 30% de las entradas a las salas de cine, y en los últimos años el primer y segundo lugar se lo llevan películas dominicanas. “El espectador local apoya su cine, y sin eso, la situación del sector sería muy difícil. Por ejemplo la película más vista en salas en 2015 fue una comedia localista que llevó más de 500.000 espectadores, cuando la que le siguió lo hizo con 300.000, y la que más duró en cartelera (14 semanas) fue una película de acción nacional”, ejemplificó Marichal.