“Un trabajo donde las certezas son incertidumbres cuando la muerte acecha”. Así define su propia película Carlos Mignon, director de “El ocaso de las diosas”, el capítulo mexicano de la quinta edición de DOCTV Latinoamérica, que se emite del 16 al 23 de octubre en la red de televisoras del programa.
Luego de codirigir y coproducir junto a Itziar Leemans su primer largo documental “Parque Lenin” –galardonado en el Moscow Documentary Film Fest y seleccionado en Visions du Réel, Morelia y Málaga, entre otros-, este realizador mexicano optó por retratar un período en la vida de su madre Silvia y de su tía Judith, en un trabajo que ha formado parte de la última edición de DocsMX.
Desde un lugar único, Mignon estableció una triangulación que le permite un abordaje íntimo, sincero y amoroso en la relación de estas hermanas durante dos años. Judith, la menor, sufre un cáncer terminal, y Silvia, la mayor, la acompañará en esta etapa de la vida. En este contexto, ante ese escenario y mediante esos dos personajes, el director confronta los conceptos de hermandad y mortalidad.
Al enterarse de su diagnóstico, Silvia invita a Judith a mudarse con ella y superar antiguos rencores del pasado. “A partir de este reencuentro nació una nueva dinámica familiar, en la cual ambas me compartían sus deseos, anhelos, dificultades y obstáculos entre ellas”, relató el autor a LatAm cinema. Si bien el diálogo inicial era con él, “poco a poco mi presencia fue perdiendo terreno, para que ellas hablaran directamente una con la otra”, una evolución que se percibe claramente en el desarrollo de la propia película, tanto en la forma en que se producen los diálogos, como en el propio abordaje desde la cámara.
Si bien DOCTV establece un plazo de seis meses para realizar el film, el hecho de haber comenzado un proceso de sensibilización previamente, fue clave para poder llevar adelante este proyecto audiovisual. “Como lo dicta el sistema actual, el tiempo siempre será un factor determinante. Si bien me parece que es poco el que se tiene para realizar una película en su totalidad, lo cierto es que también es un motor que permite que las cosas estén en constante movimiento”, explicó Mignon acerca de los plazos.
Al igual que la mayoría de los participantes en esta edición, el director destacó que la propuesta de trabajo del programa “es un gran alivio para todos los cineastas independientes” porque “sabes que tu película no sólo se podrá producir sin contratiempos, sino que además alcanzará a un gran público latinoamericano”.
Respecto al presente del cine documental en Latinoamérica, Mignon recordó que generalmente recibe menos apoyo que la ficción. Esta realidad “convierte a los diseños de producción en terrenos fértiles para hacer ondular la creatividad”, a lo que se añade que últimamente el documental “tiende a una narrativa más compleja, llevada al límite, donde hay mucha experimentación en constante riesgo”. Sin embargo, celebró que en la actualidad se está comenzando “la formación de nuestro público que guste de este tipo de cine”.