“Mi nuevo estilo de baile” es el primer largometraje de ficción del realizador y productor chileno Pablo Berthelon, quien dirigió tres largometrajes documentales y produjo varios títulos, incluyendo “El pacto de Adriana” de Lissette Orozco y la coproducción junto a Venezuela e Italia “Hambre” de Joanna Nelson.
El film es una coproducción entre la chilena Carnada Films y la argentina Morocha Films protagonizada por un joven que forma una banda punk junto a sus amigos del barrio en los años 80, durante la dictadura chilena. La ficción surge de la historia real de la banda “Emociones clandestinas”, sobre la que Berthelon realizó un documental en 2012.
“La película se rodó durante 26 jornadas, casi íntegramente en la ciudad de Concepción en el sur de Chile, lo que además de ser un plus para la historia y apostar por una renovación de espacios y decorados, significa creación de empleos y una dinamización económica que beneficia a la comunidad local y, sobre todo, estimula la capacitación y el perfeccionamiento de profesionales y técnicos del área audiovisual y las industrias creativas de una región con enorme potencial de crecimiento”, explica a LatAm cinema el director.
Escrita por Benjamín Berger, la película está protagonizada por Lucas Sáez, Luciana Ibáñez, Manu Caponni y Victor Montero. El proyecto obtuvo financiamiento de CORFO para su desarrollo en 2018, del Fondo Audiovisual chileno para su producción en 2021, y del Fondo CNTV en 2022. En 2018 fue presentado en el Marché du Films de Cannes y en el festival de San Sebastián, y ese mismo año fue seleccionado en el encuentro de coproducción madrileño Ventana CineMad. En 2019 participó en Santiago Lab de SANFIC y en los Encuentros de Coproducción de Ventana Sur.
“Quedé muy contento con el resultado. Hacer una película de época siempre es un desafío mayor y creo que, como equipo, estuvimos a la altura, ya que está impregnada de esa atmósfera característica de una ciudad industrial del sur de Chile en la década de los 80, en un país en dictadura”, expresa el director, que agrega: “Lo que queríamos contar es cómo, en ese periodo de transición hacia la democracia, la música y el espíritu de rebeldía de la juventud logran cambiar el rostro de una ciudad, llenarla de cultura y conformar un movimiento que perdura hasta el día de hoy, ya que Concepción recibe el reconocimiento de Ciudad de la Música en Latinoamérica por la Unesco”.